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Después 21 años, Hillary Clinton volvió este año al Met Gala, la cita por excelencia de la moda internacional, organizada por Ann Wintour y repetida fielmente cada primer lunes de mayo desde 1948. La exsecretaria de Estado se presentó en los escalones del Met luciendo un vestido rojo con sesenta nombres de mujeres bordados alrededor del cuello; es decir, mujeres que la inspiraron a lo largo de la vida, entre ellas Rosa Parks, Lady Bird Johnson y su misma madre, Dorothy Rodham. El estilista, Joseph Altuzarra, quiso inspirarse en los edredones caseros de la segunda mitad del siglo XIX, que en aquel tiempo representaban una oportunidad para las mujeres de reunirse, interactuar. Ellas firmaban las colchas con tinta o bordaban sus nombres para marcar una ocasión especial. Su presencia fue una declaración de moda que celebraba la resiliencia de las mujeres, en particular, y la calidad de la resiliencia, en general. Un mensaje adecuado para nuestros tiempos desordenados. Después de todo, si hacemos memoria de los acontecimientos que han marcado la historia de Hillary Clinton, ¿quién más que ella representa esta cualidad suprema? ¿Quién más que ella en el escenario mundial nos ha demostrado la capacidad de recuperarse del fracaso y la decepción?
No es casualidad, entonces, que Hillary Clinton haya dado una clase sobre el poder de la resiliencia, para la serie MasterClass, en la cual nos enseña cómo superar los contratiempos y construir una vida de principios y propósitos. “Todos tarde o temprano vivirán el fracaso. La pregunta es: ¿te levantarás?”, dice Clinton mirando directo a la cámara. Es una frase que nos llega a todos hoy, independientemente del rol que ejercemos en la sociedad. En los últimos años, la vida se ha revelado más frágil y más propensa al fracaso de lo que pensábamos. Una crisis mundial por la inflación se acerca, y la incertidumbre del resultado electoral aumenta los grados de ansiedad, miedo y angustia que podemos sentir. Por eso, volvernos resilientes, como individuos y como comunidades, hoy se ha transformado en una cuestión de sobrevivencia. Pero, nos asegura Hillary Clinton en su clase magistral, cada uno de nosotros “tiene la capacidad de ser resistente y superar las decepciones y los contratiempos que son parte del viaje humano”.
Levantarnos significa dejar al lado nuestras historias de víctimas y, en cambio, reconocernos y celebrarnos como sobrevivientes. Es hacer memoria no de lo que nos ha tocado vivir, sino de lo que logramos superar y trascender. Me lo ha recordado en estos días la historia de Murad, entrevistada por la artista Dua Lipa para su nuevo podcast. Murad es una mujer de 29 años que lidera Nadia’s Iniciative, una organización sin fines de lucro que ayuda a sobrevivientes de violencia sexual en áreas de conflicto. Murad fue secuestrada por Isis en el norte de Irak en 2014 y vendida como esclava antes de que lograra escapar. Siempre podemos elegir levantarnos
