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La mejor cita de tu vida

Por alguna razón que no entiendo, a las mujeres nos educan para que renunciemos a lo nuestro con el fin de complacer a los demás. Es una pena, porque por mis clases han pasado grandes talentos que terminan desperdiciándose.

29 de septiembre de 2024
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  • La mejor cita de tu vida

Por Sara Jaramillo Klinkert - @sarimillo

Tengo la costumbre de aislarme una vez al año durante un mes entero. Mi plan funciona así: alquilo un lugar pequeño y tranquilo, en medio de la naturaleza. Ahora ando en una cabañita rodeada de árboles, pájaros y quebradas. La mayoría de la gente se extraña cuando se entera de que estoy sola. Me aislé para escribir, aunque, por supuesto, no escribo todo el día. Medito, hago yoga, nado, camino, leo, duermo.

A veces no hago nada y puedo quedarme la tarde entera viendo pasar los oropéndulos hasta que se pone tan oscuro que no puedo verme ni la palma de la mano. Luego, al ponerme a trabajar, descubro que cuando uno no hace nada, hace mucho. Ningún trabajo creativo surge de una mente estresada, esa es la razón por la cual las mejores ideas se nos ocurren en la ducha. A veces dicto talleres de escritura y de creatividad.

En ellos le digo a mis alumnas que para producir buenas ideas deben conocerse a sí mismas, con esto quiero decir que, además de la ducha, hay muchas otras cosas que funcionan y es responsabilidad de cada una encontrarlas. Aquí viene el punto crítico: mis alumnas son madres, esposas, hijas, empleadas, empresarias y absolutamente todas se quejan por falta de tiempo. Por más que lo intentan no lo logran, es así de sencillo. Y de cruel. Siempre está por delante la clase de karate del hijo, la reunión del marido, la petición del jefe, arreglar la casa, llevar a alguien a una cita médica, dar de comer al gato, regar las plantas. Por alguna razón que no entiendo, a las mujeres nos educan para que renunciemos a lo nuestro con el fin de complacer a los demás.

Es una pena, porque por mis clases han pasado grandes talentos que terminan desperdiciándose. ¿Cómo sacar tiempo de donde no lo hay? La respuesta siempre es la misma: poniéndose un horario y respetándolo, duélale a quien le duela. Quisiera mostrarles una fórmula mágica, pero no la hay. Incluso la magia requiere de tu voluntad para mover las fichas. Entiendo perfectamente que no se pueda desaparecer del mundo durante un mes entero, pero sí se podría desaparecer algunos fines de semana. O las tardes de los lunes o los jueves, qué sé yo.

Una sola hora cada día va sumando. Si no puedes, revisa si acaso estás mal casada, careces de una red de apoyo eficiente o no tienes vida propia. Les voy a decir lo que ocurre en una familia cuando una mujer comienza a sacar tiempo para sí misma: nada. El mundo sigue girando, las plantas no se mueren, las clases de karate continúan, la lavadora le funciona a cualquiera que la accione, ni el gato, ni los hijos, ni el marido van a morirse de hambre, si acaso aprenderán a ser funcionales.

Ni siquiera hay que ir lejos, solo hay que ir. Así que ya sabes: desaparece de vez en cuando, ten una cita contigo misma y sobre todo, explora tus gustos y tu talento, cuando dejes de ser útil para los que hoy se roban tu tiempo, vas a necesitarlo.

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