Son malos tiempos para la razón y todo lo que está asociado con ella. National Geographic llamó guerra contra la ciencia al auge de las creencias que niegan los hallazgos científicos y las políticas públicas que afectan la investigación, las publicaciones y las humanidades (21.04.17). También son malos tiempos para los intelectuales públicos –a punto de convertirnos en adorno de periódicos– y para las ideas ilustradas y liberales. A esto último se refirió Salomón Kalmanovitz, con desazón, afirmando que “no vale la pena seguir en la brega de influir la opinión pública con argumentos basados en buena teoría y en suficientes datos” (“La seca y las pensiones”, El Espectador, 15.04.18).
La pérdida para los intelectuales individuales es notable, pero...