He visto muchas elecciones desde que llegué a Estados Unidos hace cuatro décadas, pero esta es la primera que ha polarizado a este país al punto de estar separando a amigos de muchos años y creando tensiones en las mesas familiares. Es algo que estábamos acostumbrados a ver en algunos países latinoamericanos, pero no en Estados Unidos.
Por primera vez, al igual de lo que ha ocurrido en Venezuela, Ecuador y otros países de la región, un demagogo narcisista –Donald J. Trump– está hechizando a las masas con una retórica llena de odio, culpando a los extranjeros de los problemas de su país.
Hasta ahora, la civilidad política era una característica distintiva de los estadounidenses. Era una de las primeras cosas que los extranjeros admiraban cuando...