Por Jesús Eduardo Vélez Mejía
En Colombia, luego de las elecciones territoriales, ocurrieron importantes cambios en lo fundamental para nuestro país y algunos hoy están dedicados a simplificar, criticar, cuestionar y señalar dichos triunfos por un simple beso de felicitación de la alcaldesa electa de Bogotá Claudia López –como igual todos los demás alcaldes y gobernadores lo hicieron–, o en un supuesto apoyo de la “Colombia Humana” al joven alcalde electo de Medellín, que en franca lid y bajo un histórico y aplastante triunfo de las mayorías se alzó con el primer cargo de la ciudad.
Es muy fácil señalar y tratar de desviar la opinión pública con nimiedades que sólo buscan poner por debajo lo esencial de las ideas que hicieron que las mayorías se pronunciaran y decidieran proponer un cambio para los demás.
El mundo cambió y Colombia hace parte de ese cambio que bastante necesitamos. No puede ser que nuestro país se niegue desde lo mental, lo empresarial y lo político a escuchar a los jóvenes y a los estudiantes que hoy hablan de tecnología, cuarta revolución industrial, economía naranja, medio ambiente y emprenderismo, y sigamos pensando que nosotros que ya vamos de salida y que ni siquiera sabemos manejar un dispositivo móvil, creamos que tenemos la razón, la verdad o la opinión cierta.