Vida intensa fue la de Fabio Echeverri. La respiró a plenitud. Tuvo responsabilidades desde su juventud que asumió sin vacilaciones. Batallador infatigable por sus ideas. Fajador sin titubeos por sus principios. Un talante altivo que no daba tregua en la polémica. Carecía de términos medios. No perteneció a los contingentes de aquellas almas medianeras, equidistantes, que por no definir posiciones quedan flotando en el limbo.
Con Fabio Echeverri comenzamos en los años sesenta del siglo pasado un diálogo que se prolongó hasta su muerte. Hace tres semanas conversamos en su finca de Subachoque. Rememoramos pasajes comunes, amigos recíprocos, anécdotas compartidas, audaces aventuras. Evocamos la fundación y desenvolvimiento del grupo Tema Libre,...