A los lectores que, como yo, sufren de insomnio quiero contarles una buena noticia: la Unión Europea autorizó esta semana la comercialización de un nuevo medicamento dirigido a los adultos con insomnio crónico que, de acuerdo con las pruebas a que ha sido sometido, parece bastante prometedor para el tratamiento de los trastornos del sueño.
El fármaco es vendido con el nombre de Daridorexant y bloquea la activación de los receptores de la orexina, un neurotransmisor que mantiene la vigilia. De este modo permite que el sueño aparezca de un modo similar a como se produce en forma natural cuando llega la noche.
Los expertos dicen que desde hacía muchos años no aparecían nuevos tratamientos para el insomnio y aseguran que los estudios han arrojado resultados muy positivos sobre la efectividad del medicamento, ya que tampoco provoca los efectos secundarios y las molestias asociadas a las benzodiazepinas.
“Hasta ahora, los tratamientos utilizados habitualmente no estaban basados en la fisiopatología del insomnio. Creo que Daridorexant es un importante paso adelante porque nos permite incidir directamente sobre la orexina, un neurotransmisor que mantiene la vigilia, de manera que el sueño se produce de forma fisiológica”, dijo la doctora Milagros Merino, presidenta de la Sociedad Española del Sueño.
Las orexinas fueron descubiertas en modelos animales hace más de veinte años por dos investigadores en forma simultánea. Uno de ellos es el español Luis de Lecea, miembro del Departamento de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento de la Universidad de Stanford.
El doctor de Lecea dice que uno de los más graves problemas de la sociedad moderna es el estrés, y el insomnio es una respuesta a eso: “Las cifras de las personas con problemas de sueño reflejan una epidemia brutal y los problemas de sueño suponen problemas adicionales de depresión, del sistema inmune o susceptibilidad al sobrepeso”. Se calcula que en la actualidad la falta de sueño afecta a entre el 6 % y el 12 % de la población europea.
Sin embargo, de Lecea advierte que, en cualquier caso, “interferir sobre el sueño tiene consecuencias”. Por eso insiste en que, si bien el estudio con el que se ha apoyado la aprobación del fármaco es de buena calidad, no se deben descartar los posibles efectos secundarios del Daridorexant a largo plazo.
En su opinión, “una pastilla no es una solución colectiva y no podemos pretender que la sociedad esté continuamente drogada”. Por eso propone que el insomnio sea tratado como un problema de salud pública, y se enfrente también con reflexiones sobre nuestra obsesión con la productividad, el crecimiento y los horarios excesivos de trabajo.
La Sociedad Española del Sueño también calificó como una buena noticia la aparición del medicamento, aunque criticó el hecho de que, pese a tratarse de un problema social, el insomnio se trata como un problema privado. Por eso es común que los que lo padecemos acudamos a familiares o amigos en busca de soluciones en vez de buscar ayuda médica. Por esta misma causa la automedicación en el caso del insomnio es masiva.
De acuerdo con las informaciones publicadas por la revista médica The Lancet y algunos periódicos europeos como El País y El Periódico, el nuevo medicamento “marca un antes y un después en el tratamiento del insomnio crónico”.
Por un lado, por ser el primer tratamiento específico para esta patología del sueño. Por otro, porque permite que la sensación de somnolencia no permanezca a lo largo del día siguiente y tampoco produce tolerancia, lo que hace que pueda emplearse en tratamientos prolongados sin que sus efectos decaigan.
Ojalá el nuevo medicamento llegue pronto a las droguerías de todo el mundo, donde se estima que entre un 10 % y un 15 % de la población adulta sufre insomnio crónico .