Por Omar Flórez Vélez
oflorez@coruniamericana.edu.co
Hoy hace 30 años asumí como alcalde de Medellín por elección popular. Por invitación del periódico comparto este comentario, alusivo a mi labor entre 1990 y 1992. ¡Va por ti Medellín! fue la identificación de mi administración, una positiva connotación dado el tortuoso momento que vivíamos.
Como a mi antecesor, Juan Gómez Martínez, goberné en medio del caos. Medellín era la ciudad más peligrosa del mundo (6.810 asesinatos en 1991, un promedio de 19 al día, una tasa de 433 por cada 100 mil habitantes. En 2019 hubo 591 homicidios, 23 por cada 100 mil habitantes). Muerte y destrucción era el escenario generado por el desafío del Cartel de Pablo Escobar contra la institucionalidad y la sociedad. Trincheras y tanques militares en barrios donde residían sicarios a los que Escobar pagaba millonarias recompensas por asesinar policías y explotar carros bomba.
Debido a la corrupción de algunas unidades de seguridad, el presidente Virgilio Barco creó jefaturas militares para Bello, Envigado y La Estrella, radicalizando el conflicto y originando confusión en las autoridades locales. Logramos que se desmontaran; mi programa era retornar el Estado de Derecho a través de la civilidad y una nueva ética ciudadana mediante tres postulados: lo cívico (reconstruir derechos/deberes), lo civil (fortalecimiento de la autoridad civil) y lo civilizado (solución pacífica de los conflictos entre personas).
Filosofía de gobierno: El fuego no se apaga con el fuego (actuar como bombero, no como pirómano). Soluciones sociales a los problemas sociales.
Conformé un equipo con participación de todos los partidos políticos representados en el Concejo, garantizando gobernabilidad y gobernanza con diferentes actores públicos y privados para gerenciar la crisis. Terminé mi gobierno de dos años (ese era el período constitucional para esa época) con el mismo equipo. Les reitero gratitud. Igualmente a concejales, diputados y congresistas.
A los presidentes Virgilio Barco y César Gaviria les solicité apoyo institucional. El presidente Barco concretó el Plan de Acción Social. El presidente Gaviria creó la Consejería Presidencial para Medellín, a cargo de María Emma Mejía, posibilitando excelente relación entre gobierno nacional, departamental (gobernadores Gilberto Echeverri y luego Juan Gómez), Ejército, Policía y sociedad civil, lo que permitió recuperar confianza y autoestima ciudadanas.
Para atender la crisis económica (muchas empresas, comercio, actividad social paralizadas y un alarmante desempleo) el gobierno nacional concretó su compromiso (Medellín Encuentro con el futuro, Nov. 91–Documento Conpes) por $92.000 millones.
Obras Destacadas: Reactivación obras del Metro (dos años paralizadas). Instituto Mi Río. Instituto Tecnológico Metropolitano. Parque Juan Pablo II. Planta potabilización Manantiales. Protección Derechos Humanos 24 horas, apoyo Procuraduría General. Iluminación de 200 placas polideportivas. Olimpiadas Comunales. Diseño y licitación nueva sede EPM. Proyecto hidroeléctrico Porce II. Clubes de Vida adultos mayores. Pago impuestos por obras (Acuerdo 23/91). Variante a Bello. Plan veredal acueductos/alcantarillado. EPM Celular. Hospital Luis Carlos Galán. Villa Deportiva Antonio Roldán. Asistencia tiendas de barrio (apoyo Naciones Unidas y Microempresas de Antioquia).
En 1991 jóvenes de la comuna nororiental pidieron se declarara emergencia social. Estimulando su liderazgo y atendiendo sus necesidades logramos recuperar la juventud para la institucionalidad y la paz. Escobar financiando “obras sociales” en sus barrios, con atractivas recompensas económicas, los tenía a su servicio. La juventud es decisiva para la paz o la guerra.
Fui elegido presidente de la Federación Colombiana de Municipios, llevé su vocería en la Asamblea Nacional Constituyente. Finalicé mi mandato distinguido como Mejor alcalde de ciudades capitales.
El primero de junio de 1992 asume Luis Alfredo Ramos, quien también gobernó en un ambiente de guerra. Todos los alcaldes hemos contribuido al avance de Medellín; importantes premios nacionales e internacionales lo confirman. Quedan rezagos delincuenciales que son perseguidos y castigados severamente.
Tarea: Educar a las nuevas generaciones para la vida, el trabajo honrado, el pluralismo, la inclusión social y el cuidado de la naturaleza .