¿Conoce usted a alguien que no admite ser cuestionado por nada ni por nadie? ¿Que se cree dueño de la verdad y la defiende con garras y dientes, agregándole, ya entrados en gastos, uno que otro insulto dirigido a quien se atreva a refutarla? ¿Que trata de imponer sus creencias y demerita con vehemencia las de los demás? ¿Que nada lo mueve de sus convicciones y parece tener una clave de seguridad en el cerebro que no le permite abrirse a ideas diferentes? ¿Lo ha sacado del llavero de los afectos por no comulgar con sus creencias? ¿Lo ha ridiculizado por pensar distinto? ¿Tratando de exaltar sus ideas ha reducido las suyas y las ha pisoteado como si se tratara de una infeliz cucaracha? ¿Ha sentido que esa persona solo con su aliento ya intoxica?...