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A partir de ahora el país tiene que ser un solo país. En las campañas discutimos y propusimos con convicción y buscamos diferenciarnos, creemos que representamos y luchamos por ideas y valores distintos, pero hoy ha llegado el momento de avanzar, tenemos que tender puentes y construir consensos.
Este es un traspié electoral, pero de ninguna manera es una derrota política ni moral. Porque nuestro proyecto es de vida y es una lucha por el camino de la organización y construcción de un futuro más justo y solidario para todos los ecuatorianos. Soy un actor responsable y democrático en el Ecuador. Los más de 4 millones de votos que me acompañan hoy son un mandato, un compromiso de defender políticas que acompañen y promuevan la justicia social, la dignidad, la educación y la salud del Ecuador.
A nuestra militancia y a quienes confiaron en nosotros les doy las gracias de todo corazón, jamás los abandonaremos y estaremos ahí por defenderlos por los intereses de las mayorías y que se respete la Constitución
