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Hoy más que nunca, debido a esta pandemia, un fenómeno jamás vivido y que, hasta el momento escapa a todo control científico, cobra total sentido tomar conciencia frente a la crisis de la tierra. En el pasado, solo había que prepararse y, con suerte, sobrevivir a los virus: sarampión, tos ferina, viruela y otros males. Hoy existen las vacunas.
Cada vez le estamos dando más duro a la tierra y nos referimos a ella de manera despectiva, casi sin entender que hacemos parte de ella. Es hora de pensar qué tanto daño le estamos haciendo al resto de la naturaleza. No es que esta esté allá y el hombre acá. Lo que hoy sucede es una prueba de la vulnerabilidad del hombre. Si contaminamos, si seguimos con este ritmo desaforado de vida, de extraer los recursos de la tierra a cualquier precio difícilmente podremos tener defensas frente a los virus.
Más contaminación y más estrés nos hacen más vulnerables. El covid-19 es un enemigo invisible y frente a él de nada vale ser el país más rico o armado. El afán de riqueza no puede llevarnos a cavar nuestra propia tumba. Claro que necesitamos el petróleo, pero debe extraerse y usarse de manera racional. No hay que celebrar el Día de la Tierra, debemos celebrar nuestro cambio de actitud frente a ella..
