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El gobierno del presidente Juan Manuel Santos está empeñado en generar falsas expectativas respecto de la inmediatez de la firma de un acuerdo de paz. En otras cinco ocasiones también las generó, en estos dos años y medio de conversaciones, y se incumplieron todas.
El proceso no va a culminar este año y menos en un acuerdo. Hay temas pendientes que atentan contra su concreción: la justicia, las armas, la refrendación popular, la misma agenda y el narcotráfico. Entonces, todo lo dicho estos días en Madrid es absolutamente engañoso.
El Gobierno nunca había hecho tantas concesiones gratis a las Farc como las hechas en España. Prácticamente ratificó que no habrá cárcel, que no habrá extradición y que algunos extraditados podrían retornar al país y que habría cese el fuego bilateral, aunque estaba dicho que no ocurriría.
La extradición debe mantenerse como un mecanismo que condicione el cumplimiento de los acuerdos, como se hizo con los paramilitares.
Esas concesiones son parte de las falsas expectativas que no se cumplirán y que son preocupantes, porque el 85% de los colombianos rechaza una paz con impunidad, sin entrega de armas y con curules gratis para responsables de delitos de lesa humanidad.
