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Son acuerdos firmados por los indígenas con varios gobiernos. Compromisos de Estado que no puede desconocer el presidente Iván Duque, aunque diga que él no los firmó. Acuerdos cumplidos de manera parcial.
En el trámite del Plan Nacional de Desarrollo, con la mesa de concertación, hubo un acuerdo con el Gobierno Nacional sobre las demandas indígenas, con base en 8 grandes ejes. Se determinó una inversión de 10,3 billones para 104 pueblos indígenas, los próximos cuatro años.
Pero el Gobierno presentó el proyecto y los acuerdos aparecían como anexo. Los indígenas exigieron que fueran parte orgánica del plan plurianual de inversiones. Y canalizarlos en una entidad concreta, específica, para su seguimiento. Se originó el problema porque en el trámite del proyecto nunca se retomaron sus pedidos. Advirtieron hace dos meses que iban a paro si no se les atendía. Y dejaron que esto llegara adonde llegó.
Ahora los indígenas con cierta arrogancia mandaron un mensaje desobligante y sumaron pedidos: acuerdos de paz, sustitución de cultivos... y se complicó el paquete de la negociación. Ellos no la pasan bien con el bloqueo. Con el solo anuncio de que el presidente viene, desbloquean. Pero hay una batalla de egos. La presencia del presidente es clave. Con eso él no pierde nada. Pero los indígenas dieron cabida a (Gustavo) Petro y pusieron al presidente en la actitud de que él no se doblega a la oposición. Hay que reducir el tamaño de las pretensiones. El presidente que acuda. Levantar el bloqueo. E integrar las inversiones y promesas de manera orgánica en el PND.