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Los resultados del crecimiento del PIB en el primer trimestre sorprendieron sensiblemente a la baja. Si bien sabíamos del impacto que iban a tener las medidas de confinamiento en la última parte de marzo, el buen comportamiento del sector de comercio en enero y febrero podían contrarrestar de sobra ese fenómeno.
En realidad las sorpresas negativas vinieron por muchos lados: en primer lugar vimos una monumental caída (16,5 %), la mayor en por lo menos 15 años. Este resultado no se puede achacar al covid-19. En segundo lugar vimos en marzo un desplome del comercio, transporte y alojamiento y servicios de comida que en todas partes del mundo ha sido el mayor responsable del desplome del PIB por representar actividades de gran interacción social que tuvieron que cerrar. Esto sí se puede imputar al covid-19. Nuestros cálculos sugieren que la contribución de este sector al crecimiento mensual pasó de 1,51 pp en febrero a solo 0,18 pp en marzo.
Por último, el tercer factor que propició la reducción en el crecimiento fue la industria manufacturera, que de un aporte positivo al crecimiento en febrero (0,62 pp), pasó a tener una contribución negativa -0,08 pp. Este comportamiento también estuvo asociado al espantoso virus.