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La gestión financiera pública moderna ha evolucionado, sea de un presupuesto por programas o un presupuesto por resultados. Es decir, es un mecanismo por el cual las entidades públicas que van a recibir un dineros de la Nación se comprometen a entregarle unos resultados a la sociedad bajo la forma de bienes y servicios públicos a cambio del dinero recibido. Eso exige que desaparezca esa dualidad entre funcionamiento e inversión. Ambas cosas, el pago de salarios o personal, como la compra o construcción de activos básicos, son necesarias para la provisión de esos activos públicos y eso tiene que estar en una misma cabeza. Sería absurdo que en una empresa privada hubiera un vicepresidente financiero para adquirir activos y un vicepresidente financiero para pagar la nómina.
Esta propuesta busca que se presente una revisión independiente de los proyectos de Inversión en activos fijos para los cuales solicita financiación una entidad del orden nacional, y encargar al DNP de esta evaluación. El DNP debería también continuar encargado de la evaluación de los programas y políticas públicas. La propuesta del Gobierno sobre la integración presupuestal exige un análisis cuidadoso y es necesario abandonar cualquier celo institucional.
