viernes
7 y 9
7 y 9
Mientras los dirigentes de los clubes no se comprometan con la seguridad es muy difícil, porque los patrocinadores casi siempre son ellos. Hay demasiado contubernio entre los clubes -no todos, muchos- con las barras bravas: las habilitan para que manejen seguridad, parqueaderos, logística. Hay otros incluso más descarados que las tienen como sus guardias privadas, sus jefes de trolls y de redes sociales.
La agremiación de futbolistas no existe. Es un ente extraño que lo único que hace es pedir y no da nada. Esa entidad, a mi juicio, no existe.
Se suma que lo de las redes sociales es una cloaca. Una de las peores cosas que pueden existir es el mal manejo de la libertad y sobre todo de la libertad de opinión y expresión. Se confunde con insulto y maltrato al que no piensa igual o no lleva los mismos colores. Es hora de que existan los delitos cibernéticos. Monitorear y perseguir. Todo es voluntad política. Si el Gobierno y el Estado no se preocupan por este problema social, alrededor del cual está el mal uso de la condición de hincha, de dirigente, de las redes sociales, mientras no haya sentido práctico y respeto, eso se tiene que perseguir como cualquier actividad delincuencial.
Es como si eso no fuese parte del país y la sociedad: que es un caso aislado, que ocurrió fuera del campo, que es un grupo minúsculo. No, es una actividad amparada y patrocinada por algunos dirigentes de clubes. Llevamos mucho rato escuchando y persuadiendo. Soy partidario de la mano dura.