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Y surge el momento para detener el tiempo en vísperas de Navidad y escribir un editorial diferente, porque son muchos los ausentes en estas fechas y queremos desde el alma de esta casa honrarlos.
La muerte es una verdad acordada desde el nacimiento, pero tener presente esa realidad que a veces decidimos ignorar, retar o rechazar es la oportunidad para darle a nuestra vida y libertad una bella dimensión. Nuestro amor hace que despedirnos sea difícil y enfrentarnos a lo desconocido requiere fe. Detrás de la profundidad del dolor está el afecto, la gratitud y la admiración.
El covid se ha llevado a nuestros compañeros de viaje en cifras abrumadoras, es difícil encontrar sentido allí. El dolor está latente. Sus últimos respiros, como los de aquellos que han fallecido por otras causas durante la pandemia, han sido vividos en unas condiciones de soledad ajenas a nuestras tradiciones culturales y, finalmente, los ritos de despedida y duelo han requerido ser transformados en ceremonias extrañas que nos permiten protección al contagio. Es verdad.
Al mismo tiempo tenemos el espacio para permitirnos reconocer la vida en lo mágico de lo compartido con nuestros seres invisibles, honrarlos continuando la vida a la altura de sus expectativas y crear ritos nuevos para acompañar su paso y nuestro propio duelo. Recorrer el camino para hacer un esfuerzo desde la compasión y sin juicios entender al que se va, al otro que se queda en su dolor y a nosotros mismos.
Que este sea también un alto para expresar profunda gratitud al sector de la salud que desde su vocación se ha encargado de que mensajes y abrazos lleguen a los nuestros. Tarea inmensa y difícil. Actos de bondad humana.
Conservamos la ilusión de que mientras se mantiene viva la memoria de los fallecidos, desde la inmortalidad del amor podamos observar el equilibrio y la evidencia de la vida en el bebé que nace en medio de esa naturaleza que crece incluso en el desierto. Y así abracemos la esperanza.
Reciban desde EL COLOMBIANO nuestro abrazo respetuoso. Que en paz descansemos todos.