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“Primero renuncio antes de subir la edad pensional”. Con esa tajante frase en uno de sus trinos, el presidente Gustavo Petro quiso dejar zanjada la polémica en torno a las declaraciones del ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, quien, según el gobierno, fue mal interpretado. Ocampo no dijo si se iba a aumentar o no la edad de pensión sino que “es un tema que se discutirá en la mesa de negociación”.
Pocos gobiernos se quieren comprometer con un tema tan impopular como subir la edad de jubilación, que despierta mucha polémica porque no todos desean trabajar más años para obtener una pensión. Pero es una mala señal que el mandatario colombiano rechace de plano este debate, imponiendo su posición sin oír otras propuestas.
La última vez que se aumentó la edad de jubilación fue en 2014 cuando subió de 60 a 62 años para los hombres y de 55 a 57 años para las mujeres, siempre y cuando cumplan con el número de semanas cotizadas, que en el caso de Colpensiones es de 1.300, y en los fondos privados que tengan un capital acumulado suficiente o 1.150 semanas.
De hecho, Colombia es uno de los países de América Latina y del mundo con las edades más bajas para jubilarse. En México, Costa Rica y Perú, hombres y mujeres se pensionan a los 65 años; en Brasil, Chile y Argentina los hombres se pensionan a los 65 años y las mujeres a los 60 y en los países de la Unión Europea el promedio está en 65 años para los dos géneros mientras en Estados Unidos varía entre 62 y 67 años. A mayor edad de jubilación son mayores los beneficios.
Sin embargo, vale la pena aclarar que en Colombia la edad de retiro forzoso para los empleados públicos es superior frente al sector privado. Hombres y mujeres pueden seguir trabajando hasta los 70 años si lo desean. Y muchos lo hacen. Lo cual mostraría, al menos en algunos casos, que la opción de jubilarse a mayor edad no es un despropósito.
El tema en torno a qué edad se deben jubilar las personas ha sido y sigue siendo objeto de debate en todo el mundo, en la medida en que aumenta la expectativa de vida y los sistemas pensionales se ven sometidos a mayor presión para el pago de las mesadas. En Colombia la expectativa de vida ha aumentado y está en 77,4 años, en promedio, siendo de 74,7 años para los hombres y de 80,1 años para las mujeres. En 1990 era de 69,7 años, en promedio, y en 1960 estaba en 57,2 años.
Una persona de 60 años no se considera vieja, como ocurría en el pasado, sino que sigue siendo muy productiva y puede aportar mucho a la sociedad. No obstante, hay que tener en cuenta que en un país como el nuestro a mayor edad es más difícil conseguir trabajo, razón por la cual una reforma pensional debería ir acompañada de una reforma laboral que incentive la contratación de estas personas.
A mayor expectativa de vida más son los recursos para el pago de las mesadas. Y en el caso de Colombia, donde más de 1,5 millones de personas están pensionadas por Colpensiones que otorga subsidios altos, la presión fiscal es mayor y buena parte de estos recursos salen de los impuestos de todos los colombianos. Por eso, expertos en el sector afirman que si no se toca la edad de pensión se tendrían que incrementar las cotizaciones, el número de semanas o disminuir la tasa de reemplazo, es decir, el monto de la mesada. Lo que desde hace años llaman la bomba pensional que en algún momento explota.
De ahí que aumentar o no la edad de jubilación debería ser objeto de un análisis más profundo, aprovechando que se avecina una reforma pensional que debe abordar de manera integral cómo garantizar que más personas puedan tener una vejez digna. Hoy solo uno de cada cuatro trabajadores tendrá derecho a una mesada al final de su vida laboral; los demás no habrán cotizado lo suficiente debido a la alta informalidad y a la rotación en los puestos de trabajo.
Hasta el momento se sabe que la reforma pensional partirá de la base del sistema de pilares: uno contributivo al que aportarán a Colpensiones los que ganen hasta cuatro salarios mínimos; uno voluntario, para los que ganan más de cuatro salarios y que aportarían a los fondos privados, y uno contributivo, para pagarles medio salario mínimo a más de tres millones de adultos mayores que no pudieron cotizar al sistema.
Al menos habría que dar espacio para el debate de si se aumenta o no la edad de jubilación o si se iguala la edad de las mujeres con los hombres .