x

Pico y Placa Medellín

viernes

0 y 6 

0 y 6

Pico y Placa Medellín

jueves

1 y 7 

1 y 7

Pico y Placa Medellín

miercoles

5 y 9 

5 y 9

Pico y Placa Medellín

martes

2 y 8  

2 y 8

Pico y Placa Medellín

domingo

no

no

Pico y Placa Medellín

sabado

no

no

Pico y Placa Medellín

lunes

3 y 4  

3 y 4

language COL arrow_drop_down

¿Cómo afecta el
fin del boom chino?

La economía mundial no podrá depender de China en las próximas décadas como el motor del crecimiento y bastión de reducción de la pobreza extrema”.

28 de agosto de 2023
bookmark

Desde que China se abrió al mundo en 1978, hace ya cerca de 50 años, ha sido uno de los motores de la economía mundial. Su acelerada industrialización sacó a cerca de 800 millones de personas de la pobreza extrema y de paso se transformó en la “fábrica del mundo”, invadió a todo occidente con productos “Made In China” y enriqueció a los países que lograron conectarse, como los exportadores de petróleo y demás materias primas que demanda su crecimiento.

En la primera mitad del siglo XXI, China se acostumbró a las tasas de crecimiento de doble dígito en su PIB: han sido capaces de crear una economía de más del doble del tamaño de Colombia consistentemente año tras año. Sin embargo, después de la pandemia, cuando el gobierno de Xi Jinping abandonó su política de “cero Covid” a fines de 2022 y volvió a la normalidad, la economía china parece haber cambiado su rumbo. En el segundo trimestre de este año, el crecimiento económico fue de apenas un 3.2%. Los precios de la vivienda han caído, los desarrolladores inmobiliarios enfrentan dificultades y tanto el gasto del consumidor como las exportaciones no cumplen con las expectativas.

Durante años, reconocidos analistas financieros han pronosticado que la economía de China superaría a la de Estados Unidos. Sin embargo, la mayoría ha tenido que revisar sus proyecciones. Goldman Sachs, en 2011, anticipaba que el PIB nominal de China igualaría al de Estados Unidos en 2026. En 2022, cambió la predicción a 2035. Otros pronósticos, como el de Capital Economics en 2023, sostienen que la economía estadounidense nunca será superada por la de China.

A eso se suma un problema estructural. La población en edad de trabajar de China ya parece haber alcanzado su pico y podría empezar a decrecer muy pronto. Los nacimientos cayeron a casi la mitad de los de 2016. La tasa de fertilidad cayó a 1,09 en 2022, muy por debajo del 1,3 de hace tres años, y también por debajo de la de un país como Japón, que ha sido ejemplo de los problemas de estancamiento que puede traer el envejecimiento acelerado de la población. Con una diferencia muy importante: Japón tenía estándares de vida equivalentes al 60% de los de Estados Unidos en 1990, cuando empezaron sus problemas, China se encuentra actualmente por debajo del 20% de la calidad de vida de Estados Unidos. La población china envejeció antes de conseguir todos los beneficios de la mejora económica.

Pero los problemas de China van mucho más allá. Su población joven hoy en día, por ejemplo, la está pasando mal. El desempleo de los menores de 25 años llegó a más del 20%, una cifra tan preocupante que llevó al departamento de estadísticas del país a dejar de publicar los números oficiales. Según The Economist, hasta el 70% de este desempleo podría venir de jóvenes con títulos profesionales, que tienen problemas para incorporarse a un sector productivo que está transformándose bajo un control más estricto del gobierno de Xi Jinping.

Los ciudadanos, además, se enfrentan a un desafiante problema de deuda privada. Los préstamos de consumo han pasado de representar el 50% a más del 100% del ingreso disponible promedio de un ciudadano chino en menos de diez años, según los datos del Wall Street Journal. Las familias tienen menos interés en gastar y asumir riesgos, lo que a su vez perjudica a la economía. La inversión extranjera ha disminuido en casi un 90% en el trimestre anterior.

La deuda total de los sectores no financieros, incluyendo a entidades gubernamentales y empresas estatales, ha aumentado a casi el 300% de su PIB en 2022, es decir, deben tres veces lo que el país produce, superando los niveles de Estados Unidos. Una parte significativa de esta deuda está ligada a proyectos de vivienda e infraestructura que actualmente atraviesan su propia crisis debido a la falta de demanda, lo que crea un escenario propicio para que el frágil equilibrio en el que se apoya la economía del país se derrumbe en cualquier momento, como un castillo de naipes.

Todo esto sugiere que la economía del mundo no podrá depender de China en las próximas décadas como el motor del crecimiento y bastión de reducción de la pobreza extrema. Surge la pregunta: ¿quién asumirá ese papel? Países como Indonesia, Vietnam y especialmente India muestran interés en hacerlo. Además, el auge de las materias primas que se prevé para América Latina en la próxima década podría contribuir a que la región desempeñe parte de ese papel, integrándose aún más en las cadenas de suministro de Estados Unidos, en respuesta a la tendencia de “nearshoring” (producir en territorios más cercanos a los consumidores) que surgió durante la pandemia.

Sin embargo, lo más probable es que ninguno represente la magnitud ni el efecto transformador que trajo China a la economía mundial. El fin del boom chino se podría traducir en una desaceleración de la economía a nivel global..

Sigue leyendo

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD