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La batalla contra la covid-19 no se ha ganado, queda mucho camino por recorrer e incluso estamos ad portas de nuevos periodos de gran complejidad por picos y rebrotes de la enfermedad, como lo está viviendo toda Europa y naciones de Asia y Medio Oriente, donde se creía superada la gravedad de la pandemia.
Si bien para la comunidad científica el SARS-CoV-2, no es tan “letal”, su poder sobre la salud y la vida humana le llegan por la posibilidad de contagiar a un alto número de personas.
En consecuencia, mientras más se flexibilicen las medidas de control, baje el autocuidado ciudadano, haya más gente en las calles, en el transporte masivo y los espectáculos públicos, mayor será la posibilidad de que ocurran nuevas oleadas o rebrotes, como sucede en el Viejo Continente.
En la primera gran oleada europea de contagios y muertes (marzo - junio) el virus se ensañó con los adultos mayores, mientras que hoy, quienes están impulsando su repunte son los jóvenes, sector de la población desbordado desde el pasado junio, al flexibilizarse las restricciones para dar paso a la nueva “normalidad”.
Impresionan los videos que circulan por las redes sociales en los que se observa a millares de muchachos, hombres y mujeres, apretujados, bailando, bebiendo en conciertos, discotecas y centros de veraneo europeos, sin el más mínimo acatamiento a las normas sanitarias.
España, que en los últimos tres meses no pasaba de los 600 casos positivos diarios, reportó ayer 11.291 nuevos casos, 4.541 en las últimas 24 horas y un total de 625.651 diagnosticados desde que empezó la pandemia. El número de muertos (martes) sumó 162 casos, 419 en una semana y 30.405 en total.
Ante este nuevo escenario de crisis, en buena parte generado por la indisciplina ciudadana, los gobiernos han ido reaccionando con la reactivación de las restricciones, algunas extremas, caso de Israel, que se prepara para un nuevo aislamiento general.
Si observamos el caso desde lo local, en Colombia, así lo considera el Ministerio de Salud, un eventual rebrote llegaría con mayor capacidad instalada de UCI, el funcionamiento del programa de rastreo, conocimiento clínico de la infección, capacitación del talento humano y adherencia a las medidas de distanciamiento físico, por lo que sería menos severa que los primeros picos.
Sin embargo, las dudas surgen al evaluarse resultados de investigaciones, caso la publicada el pasado miércoles por Lancet, una de las revistas de biomedicina más importantes del mundo, la cual conformó una comisión especial de científicos, para observar el comportamiento de la pandemia a nivel global.
Según la publicación, Colombia aparece en el puesto 89, entre 94 países investigados, como una de las naciones más críticas por el número de nuevos casos, muertes y pruebas de covid-19 por cada millón de habitantes/día, solo superando a Ecuador y la república de Maldivas; por debajo de Bolivia y demás naciones suramericanas, incluyendo Brasil, país con 4.349.544 casos de infectados y 132.117 muertos.
Si nos atenemos a los modelos científicos, cuando un país decide flexibilizar sus medidas o reabrir todos los sectores, en promedio, debe hacer entre 20 y 40 pruebas RT-PCR por cada caso infectado, sin embargo, según Lancet, el país apenas realiza 3,3 pruebas. (La revista da cuenta hasta el cierre de agosto).
En consecuencia, ninguna medida es poca ni extrema frente a lo que debe hacerse para prevenir el contagio por covid-19, cada persona debe responder por sí misma y por el resto de la población. Mientras no haya vacuna o una droga que contrarreste el virus nadie estará a salvo y el autocuidado es fundamental.