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En Colombia no existe un pronunciamiento oficial acerca de cuándo la economía entra en una recesión, algo que realmente es una grave falencia, porque la determinación de su existencia puede tener implicaciones legales para las empresas que caen en una bancarrota cuando esta se presenta, pero que también trae consecuencias para la política económica.
Para llenar este vacío en el país ha hecho carrera un método muy popular en el mundo entero: si se presenta un crecimiento negativo del PIB durante dos trimestres consecutivos, estaría comenzando una recesión en la economía. Ningún organismo en Colombia, a diferencia, como por ejemplo del National Bureau of Economic Research de Estados Unidos, se pronuncia sobre la existencia de una recesión, simplemente muchos analistas empiezan a hablar de ella cuando se cumple esa regla sencilla.
Esa definición de recesión se hizo famosa desde su difusión en un artículo de prensa de Shiskin de 1974 (The Changing Business Cycle, New York Times, 12 de enero), pero ha sido muy cuestionada. En la cronología de los ciclos de Estados Unidos que hace el NBER se encuentra que las recesiones aceptadas y reconocidas por la entidad no cumplen con la regla de los dos trimestres.
El punto es que no basta con mirar el PIB, sino que sería necesario considerar otras variables para hablar con más precisión de una recesión. Fedesarrollo, con buen criterio, ha querido terciar en esa discusión para Colombia y también rechaza la regla de los dos trimestres negativos de crecimiento del PIB, como una forma de definir si hay una recesión en la economía.
La entidad propone hacer una cronología de los ciclos colombianos, para identificar cuándo se presenta una recesión o un auge. Y sugiere definir una recesión como una situación en que hay un declive significativo de la actividad en toda la economía que dura algunos meses y normalmente se observan en el PIB, el ingreso real, el empleo, la producción industrial y las ventas.
El resultado del ejercicio del centro de pensamiento, que va a ser permanente desde ahora, según su anuncio, muestra que, en los últimos 40 años se pueden identificar 6 ciclos económicos. En el más reciente la fase expansiva del ciclo terminó en febrero de 2020 y desde marzo se inicia la recesión que se está viviendo ahora. Fue tan profunda la caída de la economía que puede hablarse de una recesión sin ambages.
Es loable el interés de Fedesarrollo de iniciar una cronología de los ciclos colombianos y ojalá pueda mantener el ejercicio. Sobre todo, si se tiene en cuenta que no es el primer esfuerzo, hay varios trabajos en el Departamento Nacional de Planeación y del Banco de la República en la misma dirección, desafortunadamente sin continuidad, por el costo que implica mantenerlo.
Por esa razón, se comienza de cero y sería muy bueno que se pudiera lograr el concurso de otras entidades y conseguir que en la cronología de los ciclos haya un acuerdo metodológico e institucional para lograr que sea algo sistemático y útil para los encargados de la política económica y para la sociedad en su conjunto.
Por ahora, queda la certeza, con una aproximación rigurosa al problema que supera la regla de los dos trimestres, de que la economía colombiana atraviesa una profunda recesión y queda un buen trecho para salir de ella, con todos los costos económicos y sociales que eso acarrea.