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En su larga trayectoria política, 16 años como canciller, Angela Merkel capoteó grandes crisis que la mostraron como una dama de hierro estricta, pero también como una mujer compasiva y generosa. Los momentos críticos parecían perseguirla. Enfrentó uno tras otro. En 2007, recién llegada al poder, estalló la crisis financiera en la zona euro, por lo que pidió el respaldo del parlamento alemán para rescatar a los países de la periferia, acosados por su desorden fiscal. A cambio de ayuda, los forzó a duras políticas de austeridad. Esto le valió a Merkel críticas de los países “emproblemados”, pero también una fuerte resistencia en su país por brindar ayuda a quienes malgastaban recursos. Al procurar el rescate financiero, en mayo de 2010, pronunció una frase que quedó en la memoria: “Si fracasa el euro, fracasa Europa”. Fue una firme defensora de la integración europea. Para muchos politólogos, sin su habilidad política la Unión Europea se habría enfrentado a una división sin precedentes.
También debió atender la crisis migratoria más grande desde la Segunda Guerra Mundial. En 2015, el aumento de refugiados procedentes de Siria, quienes buscaban asilo en Alemania, fue tema de gran preocupación de Merkel. En un cambio de las reglas de inmigración, adoptó medidas mucho más audaces de puertas abiertas. De hecho, Alemania fue el país europeo que recibió y aceptó más solicitudes de asilo. Nuevamente una frase suya se hizo célebre: “podemos hacerlo”. Su política frente a esta crisis humanitaria le valió el reconocimiento mundial de líder generosa, pero también, por esta postura, su partido Unión Demócrata Cristiana de Alemania (CDU) sufrió grandes pérdidas, frente al partido de la ultraderecha (Alternativa Para Alemania, AFD), en las elecciones generales de 2017.
La lucha contra el cambio climático la asumió como un asunto económico prioritario. En 2011, tras el desastre nuclear de Fukushima, Japón, la canciller alemana se comprometió con eliminar las plantas nucleares en Alemania para 2022, lo que constituyó un retroceso frente a lo que había sido su posición. Merkel lanzó una política para cambiar el perfil de la matriz energética en Alemania.
La crisis del covid-19 fue el último y más reciente problema en el que demostró su liderazgo. En marzo de este año, en un discurso emocional y conmovedor que le dio la vuelta al mundo, Merkel explicó durante doce minutos, de manera didáctica, lo que estaba pasando. Probablemente este es el mayor desafío del país desde la Segunda Guerra Mundial, les dijo a sus compatriotas. Se convirtió en una promotora de la vacunación contra el virus: “La vacunación nos devuelve la libertad” ha sido su frase de combate en esta lucha contra el covid-19.
Hay que señalar que no todas han sido flores para Angela Merkel. En su país, algunos opositores le cuestionaban su falta de carisma y su vacilación frente a ciertos asuntos. Sin embargo, al final del día todos le reconocieron que logró sus objetivos. Merkel anunció en 2018 que no buscaría una quinta elección para gobernar más allá de 2021, así que dejará el cargo de canciller cuando se forme un nuevo gobierno, después de las elecciones de este domingo, lo cual podría tomar varios meses más.
Con la crisis de la democracia a nivel global y frente a dirigentes autoritarios como el presidente de Rusia, Vladimir Putin, el de China, Xi Jinping de China, y en su momento Donald Trump, de Estados Unidos, no faltó quien viera a Angela Merkel como la última gran defensora del orden liberal de Occidente.
Sin duda, la canciller alemana, doctora en química cuántica, pasará a la historia como una de las líderes más influyentes del mundo. Es incuestionable su contribución a la política europea y la global con su habilidad para lograr consensos. Pero también transformó su país. Ahora Alemania es más próspera y estable.
En un mundo necesitado de líderes que sean un modelo para seguir, la figura de Angela Merkel se destaca de manera prominente: en 2005 asumió como la primera mujer canciller en Alemania y con su falta de carisma y su manera tranquila de enfrentar las crisis, cumplió su tarea con creces