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De resaltar que la reanudación de las obras públicas en Antioquia, paralizadas por el covid-19, se desarrolle en un marco de institucionalidad en el que prevalezca el diálogo entre los gobiernos departamental y nacional con alcaldes, como representantes de sus comunidades; gremios, constructores y trabajadores.
El sentido del decreto presidencial para el reinicio de obras busca el equilibrio entre amortiguar los daños a la economía y salvar vidas. La cuarentena ha frenado el avance del virus y evitado el colapso del sistema de salud, mientras que con el despegue de los proyectos, bajo las más estrictas medidas y protocolos de bioseguridad, control sanitario y pedagogía constante, se pretende defender el sistema productivo, los empleos de millones de trabajadores y la manutención de sus familias.
En Antioquia, por la contingencia, están paralizados más de 200 proyectos de obra pública. Entre estos figuran nueve megaobras de cuarta generación (4G), 41 obras de servicios públicos, 19 tramos de pavimentación intermunicipal y unas 140 intervenciones de carácter municipal.
Solo las vías 4G en territorio antioqueño, proyecto de $13 billones de pesos, generan 25.000 empleos directos, más del 50 % de ellos mano de obra no calificada de las regiones, en su mayoría. No obstante, una investigación realizada por expertos de la U. de A. y la UPB (2016) sobre el impacto social y económico de las 4G en la región, estima el número total de empleos, directos e indirectos, en 190.000, en su etapa constructiva. Estas están hoy en marcha en casi todos sus frentes. Queda pendiente el despegue de la obra que cruza el Nordeste, esta vez por el frenazo del alcalde de Remedios, quien no ha permitido la llegada del personal externo a su territorio por temor al covid-19.
Las megaobras 4G: Mar 1 y Mar 2 y túnel del Toyo, acercarán a Medellín a Urabá, sus puertos y los mercados mundiales; Pacífico 1, 2 y 3 harán lo propio con Valle, el puerto de Buenaventura, el Eje Cafetero y el suroccidente del país; Magdalena 1 y 2, Autopistas del Nordeste y la IP Antioquia-Bolívar reducirán los recorridos entre el Aburrá con el Bajo Cauca, Córdoba, Costa Caribe y conectará con la Ruta del Sol.
Tiene sentido la preocupación de algunos de los alcaldes del Suroeste, Sur y Nordeste de Antioquia que han levantado su voz frente al restablecimiento de las 4G, principalmente, por el temor al virus.
Pero también significativo es el resultado del diálogo entre la mayoría de los alcaldes, con las concesiones, Gobierno central y gobernación que garantizó la continuidad de las megaobras, de manera inteligente, bajo estrictos parámetros sanitarios, por etapas y con buena parte de mano de obra local en su despegue, un alivio en el empleo en los municipios en esta incertidumbre mundial.
Debe tenerse en cuenta que el 94 % del territorio antioqueño (118 municipios) hoy está libre del virus. Además, las 4G se ejecutan en territorios externos a los cascos urbanos, donde la incidencia es mínima. Por lo tanto, es clave reanudar proyectos en aquellas zonas donde no hay presencia del virus, con una estrategia innovadora en tema de salud y aislamiento personal, mínimo dos metros entre trabajadores y uso de tapabocas.
Las 4G no fueron concebidas para que los pueblos vean pasar el desarrollo para las grandes ciudades. Uno de sus ejes estructurales apuesta al fortalecimiento social y económico de las regiones con la creación de empresas e instituciones técnicas y tecnológicas que capaciten el recurso humano y lleven al desarrollo sostenible de los recursos naturales en pro de una mejor calidad de vida y el cuidado del medio ambiente. Esto solo será posible si se cuenta con liderazgo político, local y regional, escenario en el que los alcaldes son los llamados al protagonismo.