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A menos de diez días de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, la atención del mundo se centra en esa contienda. En Colombia hay un particular interés, porque al fin y al cabo el país es el principal aliado de Estados Unidos en la región. Las consecuencias para el país de las elecciones estadounidenses se pueden ver a dos niveles. En particular, en el nivel de la relación bilateral y, en general, en la política exterior de Estados Unidos que influyen también el futuro de Colombia.
Colombia y Estados Unidos, en primer lugar, han tenido históricamente una sólida agenda bilateral que se ha mantenido así con los gobiernos republicanos y los demócratas, y no debería cambiar sea cual sea el resultado de las próximas elecciones. Recientemente, hay un denominador común que ha sido la lucha contra el narcotráfico y contra los grupos armados ilegales. No hay que olvidar que el plan Colombia comenzó con un gobierno demócrata y, desde entonces, la asistencia estadounidense tuvo componentes de programas sociales y de apoyo militar que permitieron dotar al Ejército y la Policía colombianas con armamento moderno, y recibir capacitación.
El énfasis cambió con Trump, que quiso reducir la ayuda y atarla a la evolución de las hectáreas cultivadas en coca. Por su parte, dentro de los demócratas hay preocupación por los temas de derechos humanos, una actitud que podría llevar a revisar esa cooperación en un eventual gobierno de Biden. También podría cambiar la situación en torno al acuerdo de paz. Este fue apoyado con firmeza por el gobierno de Obama, pero pasó a ser fuertemente criticado por Trump. Si se consolida el triunfo demócrata es casi seguro que el apoyo a la paz reverdecería.
Un cambio importante que traería un gobierno demócrata sería el de la forma de ver el problema de Venezuela, un tema estratégico para Colombia. Con Trump, el cerco sobre el gobierno de Maduro se ha ido cerrando con medidas cada vez más duras de embargos y sanciones. Es probable que los demócratas lideren un esfuerzo internacional para enfrentar la crisis humanitaria que agobia al pueblo venezolano. Biden, en todo caso, ha insistido en su historial de lucha a favor de la democracia y de los derechos humanos y en contra de los dictadores de izquierda o de derecha. Habiendo dicho esto ha insistido en que un gobierno suyo volvería a una política de apertura frente a Cuba, porque considera que lo hecho por Trump no está funcionando y la aleja de la democracia.
La permanencia de Trump en el poder, sería muy complicada para la comunidad internacional y afectaría el entorno en que Colombia debe moverse en los próximos años. El deterioro de la relaciones comerciales con China arruinó los flujos de comercio y las cadenas de valor. Así mismo, ha dicho que la política exterior de Trump hasta ahora ha sido disruptiva y no debería cambiar en un segundo mandato. Como se sabe, su propósito fue debilitar el sistema multilateral con ataques a las Naciones Unidas, la OMC, a la OMS, entre otras. Se retiró de acuerdos claves como el de París contra el cambio climático o el del Atlántico Norte. Quiso hacer una política aislacionista, que con Biden no prosperaría. Es clave entender que restaurar el orden internacional es una condición necesaria para que la economía global se recupere, Colombia aproveche el TLC con ese país y quede atrás la crisis.