viernes
7 y 9
7 y 9
Contrario a lo que muchos esperaban —una caida de las remesas por efecto de la pandemia—, ha ocurrido todo lo contrario: el 2021 tuvo un crecimiento récord del dinero que los colombianos que viven en el exterior envían a sus familias. Entre enero y noviembre del año pasado llegaron a 7.766 millones de dólares, lo que significa un incremento del 24,5 % frente a igual periodo del 2020, según datos del Banco de la República.
Cuando se entregue el balance de todo el 2021, las remesas superarán los ocho mil millones de dólares. Esta es una cifra histórica. Se estima que alrededor de cinco millones de colombianos viven actualmente en el exterior, siendo Estados Unidos el principal destino, seguido por España. Estos dos países son los mayores emisores de remesas hacia Colombia, con más del 60 % del total de recursos. Llama la atención el caso de Chile, que se ha convertido en el tercer emisor de remesas a Colombia, por encima de otros destinos en América Latina.
Para entender el tamaño de lo que recibieron los hogares colombianos el año pasado por este concepto hay que señalar que fueron superiores a todo lo que exportamos en café, flores y banano y a la inversión extranjera directa en 2021.
Las remesas se están convirtiendo en uno de los dinamizadores de la economía, teniendo en cuenta que estos millonarios ingresos llegan a miles de familias que dependen de ellos para subsistir y adquirir los productos básicos de la canasta familiar. Con una crisis económica tan profunda que llevó a Colombia a niveles de desempleo que superaron el 20 % en los meses más críticos, los hogares que tenían un familiar viviendo en el exterior rogaban para que llegara pronto la ayuda externa.
Este fue uno de los principales colchones de las familias en los departamentos del Valle, Antioquia y Cundinamarca, los tres principales receptores. Antioquia pasó en los últimos años del tercer al segundo lugar en el ingreso de remesas, de las cuales el 70 % proviene de Estados Unidos.
El ingreso histórico de estos recursos al país se explica por la reactivación de los países emisores, que volvieron a registrar tasas de crecimiento en 2021 después de superar los peores momentos de la pandemia. Luego de una caída del 3,5 % en el Producto Interno Bruto en Estados Unidos, en 2020, la mayor desde la Segunda Guerra Mundial, la economía del país del norte está creciendo a una tasa del 5 % anual, lo que llevó a una fuerte recuperación del empleo, que se encuentra en niveles del 4 %. Con trabajos estables, los migrantes pueden enviar más recursos a sus lugares de origen, que fue lo que ocurrió el año pasado. La devaluación del peso también incidió positivamente en que los hogares colombianos recibieran más recursos. Adicionalmente, con un dólar en umbrales de cuatro mil pesos, hay mayores incentivos para enviar más dinero porque lo que se recibe rinde más.
El fenómeno de mayores remesas se presentó a nivel global. Cifras del Banco Mundial indican que en todo el 2021 estos flujos llegarán a 590.000 millones de dólares, siendo América Latina una de las regiones con mayor crecimiento, con mas de 120.000 millones de dólares —México es el tercer país a nivel mundial en recibir mayores ingresos por remesas, después de la India y China—.
Aunque diversos análisis destacan los beneficios de estos recursos, porque se convierten en una tabla de salvación para millones de hogares cuyos integrantes dependen de ellos, también pueden llevar a que las familias se queden en esta zona de confort y no realicen mayores esfuerzos para incrementar sus ingresos o buscar empleo.
Más del 80 % de lo que se recibe por remesas se va en gastos cotidianos, dejando poco espacio para el ahorro o para hacer inversiones, por ejemplo, en la adquisición de vivienda.
Por lo pronto, no queda más que celebrar el hito alcanzado el año pasado, con millonarios recursos que ayudaron a palear las penurias de las familias colombianas y esperar que la recuperación de las economías se mantenga y se generen más puestos de trabajo