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Colombia está llamada a ser protagonista de la IV Revolución Industrial y Medellín, epicentro de las tecnologías disruptivas para América Latina, necesita que un alto número de sus ciudadanos, sino todos, se apropien del uso, conocimiento y desarrollo de estas técnicas que hoy están transformando el mundo.
Sin duda, hay que reconocer el rezago local en aspectos como el manejo de habilidades para las nuevas tecnologías, pero conociendo la capacidad de innovación y transformación de la ciudad, tal desventaja debe verse como una oportunidad.
Contrario a las revoluciones que antecedieron a la actual, a las que el país nada aportó como sujeto activo (relacionadas con el descubrimiento de la máquina de vapor, 1780-1820; 60 años después la producción en serie y la electricidad, y a finales del siglo XX con la irrupción de las computadoras), esta vez el país sí podría estár en primera línea. Hay ojos del mundo que nos observan y creen en nosotros.
Por ello no es gratuito que el Foro Económico Mundial haya seleccionado e instalado en Medellín, en su complejo de Ruta N, el quinto centro mundial para el desarrollo y aplicación de estas tecnologías. Las tareas son trascendentales: mejorar las capacidades público-privadas, definir los marcos normativos necesarios para enfrentar flagelos mundiales como la corrupción, que carcome los recursos de los Estados, y multiplicar las oportunidades y la equidad para las personas, con tecnologías como Blockchain, Internet de las Cosas (IoT) y la Inteligencia Artificial.
Los otros operan e interactúan entre sí desde bloques de poder global: San Francisco, EE.UU.; Tokio, Japón; Munbai, India, y Beijin, China.
El reto es mayúsculo porque se trata de inspirar cambios estructurales y transversales en la sociedad por un mundo sostenible, equitativo, respetuoso con la tierra, sus especies, ecosistemas y crear las bases de un futuro esperanzador para las nuevas generaciones.
En consecuencia, “el llamado es a la acción” como quedó consignado en el foro de EL COLOMBIANO del pasado 6 de noviembre: El ADN de la Cuarta Revolución Industrial, Visión Estratégica, el cual colmó, en su mayoría por jóvenes estudiantes, técnicos y personas especializadas en diversas profesiones, el auditorio del Museo de Arte Moderno de Medellín (MAMM). El evento fue tendencia en redes sociales a través del hastag #CuartaRevolución.
Todos los expositores, nacionales o extranjeros, hicieron énfasis en que nadie puede quedarse por fuera del cambio: Gobierno, empresa privada, academia, estudiantes desde los grados elementales y personas de todas las edades. El talento femenino tiene todo para alcanzar sitial de honor en esta nueva era, producto del ingenio, la creatividad y la innovación humana.
Robótica, internet de las cosas, nanotecnología, biotecnología, computación cuántica, Blockchain, inteligencia artificial, vehículos autónomos, drones (...) muchas de estas cosas están al alcance de la mano de cualquier ciudadano desde su celular, computador y empresas con visiones innovadoras y futuristas.
En Medellín hay más de 50.000 personas estudiándolas, para los próximos cuatro años se generarían 50.000 puestos de trabajo en estos campos, se precisó en el Foro. Propuesta compatible con la del alcalde electo, Daniel Quintero, quien en su plan de trabajo contempla crear 52.000 empleos en su proyecto “valle del software”.
Nadie puede quedarse atrás. Se trata de crear inteligencia colectiva, transformar las condiciones de vida ciudadana y garantizarles la prosperidad a las nuevas generaciones desde la innovación y la ciencia.