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Se trata de un cambio en una empresa clave del avance de Medellín y su área metropolitana, el Metro, el corazón del Sistema Integrado de Transporte Público del Valle de Aburrá (SITVA). Un conjunto de trenes y cables que mueve a diario a más de 800 mil personas y que logró convertirse, en los casi 20 años que cumple de operación, en un ejemplo de movilidad eficiente y desarrollo social.
Una red cada vez más compleja y extendida de transporte público, sin la cual ya le es imposible sobrellevar la cotidianidad urbana y productiva a Medellín y los municipios circundantes. Si el Metro se detiene, se ha comprobado, se frena el circuito económico y ciudadano del área metropolitana.
El ingeniero Ramiro Márquez Ramírez cumplió un viaje largo y fructífero en la Gerencia del Metro y ahora lo deja en manos de una figura joven que ha demostrado capacidad de liderar y decidir frente a eventos críticos de la ciudad, la administradora y especialista en estudios políticos Claudia Patricia Restrepo.
Por eso lo trascendental del cambio en la conducción del Metro, porque Márquez Ramírez, desde 2001, logró que durante los últimos nueve años la comunidad aceptara el Metro como la empresa pública “mejor valorada”, la de mayor aceptación, según las encuestas del Programa Medellín Cómo Vamos.
El gerente saliente desarrolló la línea en La Estrella y Sabaneta y los cables en Santo Domingo y San Javier, y dejó en marcha las obras del Tranvía de Ayacucho con sus ramales a sectores como 13 de Noviembre y La Sierra. Y puso en marcha el Plan Maestro 2006-2030 Confianza en el Futuro.
Pero más que una enumeración de sus ejecutorias es pertinente sintetizar que la gestión de Márquez, firme y planeada, puso el Metro en la dirección de echar cada vez más raíces en todos los puntos cardinales del Valle de Aburrá. De ahí la incuestionable relevancia del Metro sobre el resto del ecosistema metropolitano de la movilidad y del conjunto de la vida urbana.
De aquella imagen de improvisado proyecto de transporte público, que amenazaba con un fiasco financiero a finales de los ochenta, el Metro pasó veloz a ganarse un lugar en la imagen y la realidad de la Medellín contemporánea.
Ahora llega Claudia Restrepo, quien recibió respaldo unánime de la Junta, dispuesta a conducir el Metro a su consolidación de agente transformador de la vida cultural (con “la Cultura Metro”) y de la integración de la red de transporte, pues es la columna vertebral de ese sistema masivo de pasajeros.
Que la transición siga amable y pronta, como se anuncia. Que la nueva gerente inicie un viaje veloz a los retos de una movilidad que estimule aún más la calidad de vida de los habitantes del Valle de Aburrá, mediante las energías limpias, el enganche con nuevos tranvías y rutas alimentadoras (incluidas las del Metroplús) y el creciente uso de las bicicletas como complemento del traslado a las estaciones.
La nueva gerente enfrenta desafíos enormes en cuanto a conservar la solidez financiera de la empresa, al tiempo que acaba de activar planes como el cable de El Picacho y de perfeccionar otros proyectos como el Tranvía de la 80.
Los habitantes del Valle de Aburrá avalan la gestión que termina y tienen expectativas ambiciosas frente al futuro del gran agente de desarrollo social, económico y urbano que hoy es el Metro. Su conducción, atenta y ágil, será decisiva para .nuestra metrópoli