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El nuevo libro de Bill Gates, cofundador de Microsoft, Cómo Evitar un Desastre Climático, las soluciones que ya tenemos y los avances que aún necesitamos, es una convocatoria por la defensa de la vida y el futuro de la humanidad en la Tierra, hoy bajo grave amenaza por la variabilidad climática.
Considera que enfrentar ese fenómeno es quizá el más grande desafío de la humanidad por su supervivencia.
Si bien sus análisis, producto de 15 años de investigaciones sobre energía y cambio climático, ratifican los resultados de numerosos estudios científicos similares, Gates trasciende las predicciones catastróficas al probar que la humanidad está en capacidad de revertir la crisis.
Bill Gates, uno de los protagonistas en la búsqueda de soluciones al covid-19, con importantes donaciones económicas en la investigación de la vacuna, deja claro que la próxima pandemia a combatir es la del cambio climático. Predice que para 2050 es probable que el fenómeno, generado por el hombre, sea tan letal como el covid-19 y que para fin de siglo sea cinco veces más letal, con alrededor de 73 muertes tempranas al año por cada 100.000 habitantes.
La esencia de su fórmula para salvar al planeta y garantizar el futuro de la humanidad puede resumirse en una frase: bajar a cero las emisiones de gases de efecto invernadero, hoy calculadas en 51.000 millones de toneladas año.
Tal logro, dice, no puede significar un gran sacrificio para la sociedad ni la renuncia a sus comodidades actuales ni un frenazo para la economía global, menos acabar con el capitalismo o condenar al atraso a las naciones más desfavorecidas. Debe asegurar que las soluciones, inspiradas desde la ciencia, también favorezcan a los países pobres.
Salir de la crisis implica pensar más allá de cómo producir, con energías limpias (solar, eólica, hidráulica...), a bajos costos, para que sean atractivas y competitivas, todo aquello que implica el uso de combustibles fósiles.
En varios capítulos del libro analiza tecnologías claves para bajar las emisiones en los sectores más contaminantes. Lideran esta lista la producción de plásticos, cemento y acero, con el 31 % de las emisiones; producción de energía eléctrica, 27 %; criar animales y cultivar, 19 %; transporte, 16 %, y los procesos de refrigerar y calentar, con 7 %.
Para él, acercarse a la meta de cero emisiones no es un problema para la inteligencia humana. Sustenta su afirmación insertando al texto el tema de la pandemia. Hace poco más de un año, el mundo no estaba preparado para enfrentar el nuevo coronavirus, hoy, gracias al trabajo arduo y de equipo, la ciencia creó más de cinco versiones de vacunas seguras y efectivas para contrarrestarlo, dice.
El aporte de Gates para revertir el cambio climático va más allá de divulgar sus conocimientos por una mayor conciencia social, desde su presidencia en la Fundación Bill y Melinda Gates y el fondo de inversión Breakthrough Energy Ventures, el multimillonario financia proyectos promisorios de energías limpias a grandes pensadores, tecnologías y empresas de vanguardia, con resultados alentadores.
Gates suele llamar la atención de la comunidad científica por acertar en algunas de sus predicciones. En 2015, afirmó en una conferencia que había un elevado riesgo de que un virus desconocido se convirtiera en pandemia y acabara con la vida de unos diez millones de personas. Nadie hizo caso, él ahora se hace su propia autocrítica de no haber insistido en el tema, lo que posiblemente hubiese mitigado el impacto económico y la pérdida de vidas.
Esta vez vaticina que aún estamos a tiempo de contrarrestar los efectos devastadores del cambio climático y sobrevivir como especie. Está seguro que tiene cómo lograrlo y convoca a una acción universal en la que todo Estado, empresa, institución o persona cuentan. ¿Será escuchado?