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Ojo, otra vez, con Hidroituango

Así como había ocurrido en la licitación fallida anterior, volvió a quedar un único oferente y –¡oh casualidad!– ese único oferente es el mismo que ya había concursado en la licitación que fue declarada desierta en marzo de este año”.

15 de septiembre de 2023
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  • Ojo, otra vez, con Hidroituango

Desde que Daniel Quintero llegó a la Alcaldía de Medellín uno de sus mayores empeños fue sacar a los contratistas constructores de Hidroituango. Para, una vez logrado ese cometido, poder negociar un nuevo contrato en su administración para esa megaobra.

Pero a pesar de que el Alcalde ha movido cielo y tierra en los últimos cuatro años no ha podido finiquitar su jugada por completo y la demora se ha vuelto agobiante. Tan agobiante que la Gobernación de Antioquia (que es la dueña mayoritaria de este proyecto estratégico) acaba de demandar a EPM por el incumplimiento en la entrega de varios de los hitos.

Más allá de la demanda, en este momento lo urgente es que el país ponga los ojos, y ojalá lo hagan también los órganos de control, en la nueva licitación. Porque así como había ocurrido en la licitación fallida anterior, volvió a quedar un único oferente y –¡oh casualidad!– ese único oferente es el mismo que ya había concursado, y había llegado solitario hasta el final, en la licitación que fue declarada desierta en marzo de este año.

Estamos hablando del consorcio que ahora se llama CyS y que integran la china Yellow River y la colombiana Schrader Camargo. No solo son las mismas empresas –incluso la misma colombiana que no había podido llenar los requisitos– si no que se repite la historia de movidas que abren grandes interrogantes sobre la transparencia del proceso.

En primer lugar, el consorcio CyS quedó solo porque a las otras dos ofertas que estaban en la licitación las descalificaron. En uno de los casos con un argumento increíble como que “no cumplió con el requisito de garantía de seriedad de la oferta”. Increíble porque se trata de la también china Gezhouba que es la contratista número 33 del mundo en utilidades.

Y no es que pensemos, o que podamos decir, que sea mejor o peor la china descalificada (Gezhouba) que la que quedó en competencia (Yellow River), pero decir que una empresa de esta magnitud no cumplió con el requisito de garantía de seriedad parece un chiste. ¿Qué consorcio se mete en un proceso que le puede costar 100.000 dólares sin tener vigente ese requisito elemental?

El que hayan quedado por fuera las otras dos oferentes no es menor si se tiene en cuenta que de los tres consorcios que se presentaron, el único habilitado, CyS, hizo la oferta más cara de los tres y fue el que acreditó menos experiencia de los tres. La oferta de Yellow River y Schrader Camargo es 23% más cara (cerca de $200.000 millones más) y acreditó apenas un 9% de la experiencia que acreditó otra de las firmas en una de las categorías clave.

Pero no solamente eso. Si se compara la oferta que fue declarada desierta en marzo de este año con la de ahora, es por decir lo menos curioso ver que el consorcio que tiene pinta de ganar pidió ahora más plata ($135.000 millones) a pesar de que el alcance del contrato es menor. Al comparar los dos pliegos se puede ver que en el de ahora no incluyen obras como la estabilización de un talud o el pre taponamiento de un túnel que sí estaban antes. De marzo a esta parte los precios no han cambiado tanto como para que se dé esa diferencia tan grande.

¿Qué tiene o qué ofrece esta firma china –Yellow River– que contra viento y marea el alcalde Quintero y el gerente de EPM Jorge Carrillo le quieren dar ese contrato? Cabe recordar que ya EPM le dio a dedo un contrato a la colombiana Schrader Camargo: la terminación de las turbinas 3 y 4.

Ya habíamos contado, hace un año, que EPM había modificado los requisitos de la licitación a la medida de las necesidades de Yellow River y de Schrader Camargo. Las maniobras fueron tan evidentes –quedaron registradas en documentos públicos–, que EPM, con la Procuraduría respirándole en el cuello, no tuvo otra alternativa que declarar desierta la licitación.

Ahora vuelve y se repite la misma historia. EPM volvió a abrir la licitación. Aunque esta vez, tuvieron la precaución de incorporar los cambios que habían ya pedido los chinos desde la publicación de los pliegos. De tal manera que dos proyectos que ya le habían rechazado en febrero a Schrader Camargo para acreditar experiencia (la construcción de la embajada de Estados Unidos y su participación en un complejo industrial para la Cervecería Del Valle) fueron aceptados esta vez.

En agosto de 2020 desde el propio edificio inteligente de EPM se prendieron las alarmas por el futuro de Hidroituango. La presidenta del Sindicato de Profesionales de EPM dijo que la demanda contra el consorcio constructor, de la cual se ufanaba el alcalde Quintero, era una “cortina de humo” para poder sacar del camino a los contratistas con el propósito de entregarle el contrato a una firma china. “El propio alcalde ha pedido (a funcionarios de EPM) que se reúnan con esta firma china y les entreguen información”, dijo Olga Arango en ese entonces.

Y hoy, tres años después, la historia le está dando la razón.

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