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En estos días se han conocido nuevos estimativos de crecimiento de la economía colombiana para 2015. Estos muestran que la desaceleración que se prevé es significativamente mayor a la advertida meses atrás. Aun así, el desempeño de la economía sigue estando por encima del promedio latinoamericano.
Mientras que el Gobierno prevé un escenario optimista en que el país estará creciendo a una tasa de 4,2 por ciento, otras entidades ubican dicha tasa en niveles por debajo del 4,0 por ciento.
En particular, ANIF estima que Colombia crecerá 3,8 por ciento. Por su parte, el Banco de la República “proyecta un crecimiento entre 2,0 y 4,0 por ciento, con 3,6 por ciento como cifra más probable”. El Bbva también contempla un crecimiento de 3,6 por ciento y Fedesarrollo considera que el mismo será de 3,5 por ciento.
A medida que se asimilan los impactos de la caída del precio internacional del petróleo y el Gobierno revisa sus cuentas fiscales, se hace evidente que en el transcurso de este y el próximo año se deberán adoptar decisiones difíciles.
Precisamente, el presidente Juan Manuel Santos ha señalado que en el cuatrienio el presupuesto de inversión deberá reducirse en cerca de 17 billones de pesos debido a que la Nación estará recibiendo menos regalías e impuestos, y Ecopetrol no generará las mismas utilidades de los años pasados.
Por su parte, al dato de un ligero incremento del desempleo reportado por el Dane para el mes de diciembre de 2014 se le suman los resultados de la Encuesta de Opinión del Consumidor (EOC) de Fedesarrollo que indican cómo durante el mes de enero “el Índice de Confianza de los Consumidores (ICC) mostró un retroceso respecto a diciembre y frente al mismo mes de los últimos tres años”.
Estos síntomas preocupan, pues algunos analistas consideran que el consumo privado será uno de los motores que soportará el crecimiento durante el presente año.
Particularmente, el Bbva prevé que “el consumo será el principal bastión de la demanda doméstica en 2015, creciendo 4,3 por ciento anual. Este buen desempeño del gasto de los hogares será el resultado de los elevados niveles de confianza y los avances significativos en el mercado laboral”.
De igual manera, el Banco se muestra confiado en que el efecto negativo que el sector petrolero tenga puede ser compensado por “el resurgimiento de nuevas fuentes de crecimiento, con la industria y la agricultura pasando a liderar la expansión”.
Sin embargo, Fedesarrollo considera que la construcción (con un crecimiento de 6,9 por ciento) liderará el avance del PIB en 2015, y que la industria y la agricultura sólo crecerán alrededor del 3,0 por ciento.
En el frente externo, se espera que se agudicen los déficit comercial y en cuenta corriente. Según Fedesarrollo, estos serán de 3,1 y 6,0 por ciento del PIB, respectivamente. Ello responde al hecho de que las exportaciones diferentes al petróleo no alcanzarán a compensar la caída de las del crudo. Los déficit se darán a pesar de que las importaciones se contraerán.
Frente a un escenario que cada día luce más complicado, resulta preocupante que el Gobierno (y en particular los ministros de Comercio y de Agricultura) no apresure la puesta en marcha de una estrategia de crecimiento que contrarreste la contracción del sector petrolero y asegure que las consecuencias de la desaceleración no sean aún más graves.