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La cultura en Medellín no va bien. Pese a que con la reapertura económica se esperaba una reactivación contundente en las salas y en los museos, la respuesta de la ciudadanía no ha sido la calculada y las ayudas económicas por parte de la alcaldía y del Gobierno Nacional —dicen artistas— no ha sido suficiente; al contrario, se ha reducido, si se compara incluso con 2019.
Para dar una idea del mal momento que pasan los teatros basta con decir que el Metropolitano tiene un déficit de 400 millones de pesos, la quinta parte del presupuesto del que gozaban antes de la pandemia. El déficit general de las salas en 2021 llega a los 3.207 millones de pesos, y así quedó consignado en un informe que le presentaron al secretario de Cultura, Álvaro Narváez, en mayo, en una cita que no tuvo un buen final. La crisis ya obligó a Casa Arte a cerrar sus puertas y el grupo Teatriados presentará obras hasta finales de noviembre.
Todo este mal no solo se circunscribe a las salas de teatro, en los museos también están con agua al cuello. En 2019, el Museo de Antioquia podía recibir en semana entre 750 y 800 visitantes, hoy la cifra no sobrepasa las 220 personas y los fines de semana no va más allá de las 350. Las mejores taquillas de 2021 no llegan ni a la mitad de las normales en 2019. Por otro lado, las operaciones comerciales —que surgen de alianzas con empresas privadas o con entidades públicas— previas a la crisis que trajo el coronavirus ascendían a los 12.000 millones de pesos, en 2020 llegaron a 7.000 millones y para este año no se dibuja un resultado muy alentador.
María del Rosario Escobar, directora del Museo de Antioquia, y quien fue secretaria de Cultura en la alcaldía de Aníbal Gaviria, le dijo a este diario: “Lamentablemente, la alcaldía no ha constituido todavía un plan de salvamento o de apoyo a las entidades. En nuestro caso, no recibimos apoyo extra”. Y el Museo de Arte Moderno de Medellín (Mamm) pasa por los mismos aprietos: este año tendrá mil millones de pesos menos en comparación con las entradas de 2019. Lo más grave es que en 2021 el Ministerio de Cultura les redujo a los museos el apoyo económico a la mitad.
También están pasando tiempos difíciles el Ballet Folclórico de Antioquia, los artistas y los productores que han tenido incertidumbre con los estímulos de la alcaldía, y hasta las bibliotecas están padeciendo. A estas últimas les rebajaron el presupuesto y ahora están reevaluando cómo darles más recursos. En las últimas horas empezó a circular una petición para que la directora de la Biblioteca Pública Piloto no sea retirada de su cargo. Según ha trascendido, la llamaron de la alcaldía para pedirle que entregara su cargo.
La gran paradoja es esta: mientras que el sector del comercio y el entretenimiento como bares, discotecas y restaurantes viven un impulso que no se esperaba, la cultura —que nos dio los momentos de distensión durante el encierro por el coronavirus gracias a las virtudes de la circulación virtual— está en aprietos ante la mirada desinteresada de muchos.
No es un medio el que denuncia, son los artistas, los gestores culturales quienes piden ayuda a la Secretaría de Cultura, que, por cierto, decide no responder a las preguntas de EL COLOMBIANO. Dos veces ha dejado plantados a los periodistas culturales de esta redacción, quienes llevan las dudas de un sector en el que se ha sostenido la transformación de Medellín. Se necesita una respuesta, es urgente