viernes
7 y 9
7 y 9
Hay dos creencias generalizadas sobre las encuestas, que son erradas, y de las que se derivan consecuencias como estas que ha anunciado el CNE. El primer error es decir que las encuestas influyen al votante en un sentido determinado. Eso no es cierto, no está comprobado de ninguna forma. Incluso hay muchos ejemplos de casos en que a ganadores en las encuestas se les van votantes, mientras a los perdedores les llegan.
El segundo error, o mito, es creer que las encuestas pertenecen al mundo de las matemáticas. Y en realidad pertenecen al mundo de la estadística, que se mueve en lo probabilístico. Esa pretensión de que las encuestas den resultados exactos no puede ser, porque su naturaleza es otra.
Se ha creado un clima en el que se dice que “algo se está haciendo mal hecho”, refiriéndose a las encuestas. Pero no es que se esté haciendo mal. Simplemente se hacen las encuestas dentro de sus reglas, que son las del mundo de lo probabilístico. Por eso es que, así el resultado efectivo de la votación sea distinto a lo que arrojó la encuesta, no significa que la encuesta se haya hecho mal.
Hay que anotar que en los países donde más se practica la democracia, los más libres, son los que menos restricciones ponen al ejercicio de realizar encuestas.