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La prisión de Alcatraz, frente a la bahía de San Francisco, fue famosa porque desafiaba las posibilidades de que algún preso se fugara. Además, contuvo a temidos criminales, como el mismo Al Capone.
La prisión estuvo activa durante 29 años, hasta el 21 de marzo de 1963, y llegó a albergar 1.545 reclusos. Hoy aloja la exposición @Large, del artista chino Ai Weiwei, la cual exalta la libertad, la expresión y los derechos humanos.
Ai Weiwei es referente de arte contemporáneo y conocido popularmente por haber sido uno de los diseñadores del estadio nacional de Pekín, que tiene forma de nido de pájaro, para los Juegos Olímpicos de 2008. Sin embargo, su obra ha sido una crítica constante al gobierno chino.
“El personaje es, sin duda alguna, el artista mediáticamente más activo” dice Óscar Roldán, curador de arte y director del departamento de extensión cultural de la U. de A.
El gobierno chino le quitó el pasaporte a Weiwei y no puede salir de su país. Pero esto no interfiere con sus propósitos. Ai Weiwei lanzó una campaña en la plataforma colaborativa Kickstarter y logró reunir 89.455 dólares para financiar una intervención en la prisión de Alcatraz.
Con este dinero pudo crear y pagarle a sus colaboradores para instalar allí la exposición, dividida en siete módulos, donde se ven frases y rostros como el de Nelson Mandela y el de Edward Snowden .
“Cuando ves lo que está haciendo Ai Weiwei en Alcatraz, ves que es un personaje que definitivamente está cuestionando la realidad y cuando alguien hace eso en un régimen absolutista como el chino, evidentemente causa resquemor y que las preguntas se generalicen” dice Roldán.
Este artista no se queda quieto y podrá verlo desafiando al sistema de múltiples formas.
Como dice Roldán, Ai Weiwei “parece ser una cantera de ideas sin fin. Todas sus obras son disímiles y se mueve abiertamente en muchos mundos”.
Editora de la unidad de Interacción