Son la 7:30 am en Houston Texas, y en la autopista 6 un grupo de aproximadamente 20 personas se reúne para llenar de gasolina sus lanchas y ultimar detalles de su nueva jornada. Todos son habitantes de Katy Texas, a los que Harvey no les pegó tan duro y que decidieron salir a ayudar a los demás.
Entre ellos está Julián Parra Rangel, un contratista de construcción y un disc jockey colombiano que nació en Palmira, Valle, y que desde hace más de 30 años está radicado en Estados Unidos. En su casa, que está ubicada en Katy, a casi 40 minutos de Houston ‒ donde el huracán Harvey hizo los mayores estragos ‒, no hubo mayores daños y las inundaciones fueron menores. “El huracán estuvo en una ciudad que se llama Corpus Christi, pero la lluvia se quedó allí y en Houston, y eso hizo que todo se represara” afirma Parra.
Justamente, al ver que el huracán había dejado barrios totalmente inundados, familias encerradas en sus casas sin luz, ni agua y con muy pocas provisiones, varios vecinos y amigos se unieron para ayudar voluntariamente a los habitantes de Houston. Desde el pasado viernes se unieron para ayudar, pero Julián solo pudo salir de su casa hasta esta semana que el nivel de agua bajó, sin embargo ayudaba desde allí a coordinar los lugares en los que se necesitaban lanchas para sacar a la gente.
“Somos un grupo que se llama Katyrecovery y las lanchas en las que hacemos los rescates son del grupo”. Fueron llevadas en camionetas y en remolques por calles que no estaban inundadas, hasta que el nivel del agua era lo suficientemente alto.
Con las lanchas, la jornada durante todos estos días ha sido casi siempre la misma, “nos reunimos entre 15 o 20 personas con las Fuerzas Armadas, porque con ellos salimos también, en más o menos 10 lanchas, y en cada una vamos 3 personas. Cuando salimos llevamos un radio y en el camino nos va llegando la señal de dónde están las personas que necesitan salir. Entonces nos esparcimos y pasamos por los barrios gritando que si necesitan ayuda y la gente nos llama o muchos cuelgan toallas o sábanas blancas en las casas y entonces sabemos que hay gente ahí. Y ahí empezamos a sacarlos, les ayudamos a montarse en las lanchas y a montar las pocas cosas que pueden sacar, y de ahí los llevamos por 15 o 20 minutos en las lanchas hasta los lugares donde están unas camionetas grandes que los llevan a sitios secos donde están los albergues y sus familias”, cuenta Julián por teléfono, mientras con sus compañeros se organizan para salir a una nueva jornada de rescate.
Julián no es un hombre bajo, mide aproximadamente 1,70 cm y el agua le llega hasta el pecho, y como él lo dice, esperan que el nivel del agua suba más. Algunos policías que a veces trabajan con ellos les dijeron que están abriendo unas represas ubicadas en Houston, porque ya están hasta el tope y que tienen que drenarlas, por esto se espera que los barrios se llenen más de agua.
Hasta el momento, Harvey, huracán de categoría 4 que ya descendió a tormenta tropical, dejó a su paso más de 30 muertos, 30.000 damnificados y unas inundaciones récord en Estados Unidos. Las lluvias fueron históricas, cayeron “hasta 57 billones de litros de agua” según lo sugirió el meteorólogo Ryan Maue, de la firma consultora WeatherBell Analytics.
Y es esto lo que motiva a Julián y a sus compañeros a seguir ayudando a quienes quedaron afectados con el paso de este fuerte huracán. Incluso, como cuenta él mismo, la ayuda a llegado de diferentes lugares del país y de otros países, “mucha gente está ayudando, ha venido gente de todos los estados, de Louisiana, de otros lugares de Texas y todos estamos ayudando”.
Pero no es fácil, para Parra lo más difícil es ver la devastación que dejó Harvey. “Es muy duro ver a la gente salir con sus bolsas de ropa, ver los negocios inundados, incluso hay negocios de colombianos llenos de agua. Ver a los ancianos quedarse atrapados entre tanta agua y salir muy enfermos. No me tocó a mí, pero un compañero transportó una señora que murió llegando a la ambulancia, una señora mayor” afirma Parra.
Julián ha salido en medio de la lluvia a evacuar gente. Ha estado en la noche navegando por las calles de Houston que quedaron convertidas en ríos. Incluso, ha tenido que encontrarse con personas que no quieren salir de sus casas, aún cuando el nivel del agua sigue subiendo. “Ellos no quieren dejar sus cosas, nosotros les decimos que es algo material y que eso se puede recuperar después, pero no quieren”.
El miércoles no llovió en Houston, sin embargo el nivel del agua sigue sin bajar. Julián espera seguir ayudando por lo menos por una semana más, pues no parece que el agua vaya a bajar rápidamente.
Una familia que ayuda:
Julián no es el único de su familia que ayuda a los damnificados por Harvey, su esposa Carmen Camacho y otros amigos armaron un campamento para darle comida a la gente que está siendo evacuada y a los bomberos, a los policías, y a los voluntarios que están ayudando. Todos los recursos salieron de donaciones de la gente que lleva especialmente comida y agua.
Empezaron el miércoles a las 5 de la tarde y estuvieron hasta las 11 de la noche. Este jueves nuevamente están en Katy hasta que todos los recursos se les acaben.