En Argentina suelen estar locos por el fútbol, pero Luciano Luchetti (Laucha) y Kevin Chochlac sabían que ese era un tema que generaba muchas rivalidades; entonces optaron por crear una comunidad alrededor de algo que uniera a las personas, que también les gustara a todos en general y que generara un buen ambiente. La llamaron Locos por el Asado.
Son amantes del ritual que se forma alrededor de la parrilla, comenzó en 2011 con una página en Facebook en la que registraban los asados de todos los viernes entre un grupo de amigos que crecieron juntos en zona de Martínez, a media hora de Capital Federal de Buenos Aires, Argentina.
Hoy, casi seis años después, se convirtió en una empresa en la que trabajan entre diez y trece personas, y que está respaldada por una comunidad de más de 840 mil personas, en su mayoría argentinos (70%), pero también de otros países de Suramérica como Colombia, Chile y Brasil.
‘Laucha’, el asador, habló de este proyecto y dejó algunas recomendaciones para llevar la carne al fuego en entrevista con EL COLOMBIANO.
¿Cómo se formó y creció tanto la comunidad?
“Cuando subíamos fotos de los asados de los viernes a Facebook, la gente quería subir fotos de su asado también, así que les dimos gusto y publicamos imágenes de los asados de nuestros seguidores. Se hizo un grupo muy grande y sumamos muchos ‘me gusta’.
Luego comenzaron a pedirnos que cocináramos alguna receta y luego que abriéramos un canal de videos. Locos por el Asado está en YouTube porque la gente lo pidió”.
¿Cómo interactúan con sus seguidores?
“Una de las primeras estrategias que hicimos y que aún implementamos es ‘El asador del mes’: vimos que a muchos les gusta mostrar su asado y dijimos ‘bueno, generemos una mini competencia entre ellos’. Así que seleccionamos las cuatro mejores fotos de asado y las publicamos en nuestras redes para que elijan cuál es la mejor y le mandamos un premio.
Otra estrategia es que una vez por mes hacemos una receta de algún país diferente a Argentina. Esa sección se llama Locos por el mundo”.
¿Y cómo se convirtieron en empresa?
“Todo se dio lento, como tenía que ser. Primero vendimos camisetas, gorras, delantales y calcomanías porque la gente decía que quería tener algo que los identificara como parte de la comunidad. Así abrimos la tienda en línea.
Luego fuimos viendo que hacer los videos para el canal nos estaba llevando mucho tiempo, además era más divertido que el trabajo que teníamos; al año y medio de empezar con el proyecto los dejamos gracias a que un día una empresa de vinos se acercó y nos dijo que quería promocionar su marca en nuestro canal.
Ahí decidimos tener patrocinadores pero sin boicotear el espíritu de la comunidad o invadir el espacio de los que nos ven. Todos son relacionados con el tema del asado; nunca vamos a tener una marca de televisores o de aspirina, por ejemplo, para que no se sientan traicionados.
Después nos empezaron a llamar para atender eventos, uno de ellos fue un asado en el matrimonio de un argentino en Italia, cocinamos para cientos de personas. Fue una experiencia inolvidable”.
El éxito del canal, además de la buena onda, radica en que las recetas tienen que salir bien, ¿cómo aprendió a asar?
“Mi hermano, diez años mayor que yo, es chef y tiene una parrilla en la Patagonia. Yo lo veía asar y me encantó lo que generaba. Me enamoró prender el fuego y cocinar de una manera medio precaria pero que daba un resultado exquisito. A los 15 años me lancé a hacer mi primer asado y fui aprendiendo más a los guantazos”.
¿Qué tiene de especial el asado argentino?
“Por un lado, que la materia prima es muy rica, acá se aprovecha mucho más a la vaca, hay una variedad más exquisita. Por otro, en este país un 80 % de los argentinos sabe lo que es asar: conoce los cortes de la carne, entiende la importancia del fuego, sabe si queda mejor en leña o al carbón, espera con respeto y paciencia a que la carne esté en su punto. Es difícil que en otro lugar del mundo se encuentre eso. Es una tradición arraigada, guardamos múltiples recuerdos alrededor de un asado”.