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La irrupción de la World Wide Web (www), una forma de acceder a la información gracias a Internet, hace treinta años, hizo que tomaran fuerza las teorías conspirativas, maneras de tratar de explicar un hecho, acerca de distintos acontecimientos como la muerte de John F. Kennedy, la llegada al hombre a la Luna o simples falsedades como que la Tierra es plana. La explicación es sencilla: en la web los mensajes se amplifican, cualquiera puede difundirlos mediante distintas plataformas y formatos, en eso coinciden los expertos consultadas para este análisis.
Esa clase de teorías han existido desde hace mucho tiempo, asegura Diego Mazorra, coordinador de la Maestría en Comunicación Política de la Universidad Externado de Colombia. Tienen que ver, entre otras cosas, con la incapacidad de las personas de pertenecer a un estatus religioso o político. “Eso les genera ansiedad y esta los lleva a crear estas teorías y falsedades con el fin de obtener reconocimiento o recibir algún tipo de recompensa social”.
Lo preocupante, afirma el docente, es que esto no está en la llamada deep web o internet oculta, la que no está indexada en los motores de búsqueda más usados o conocidos como Google, sino que, al contrario, cualquiera, con una sencilla exploración encuentra estos contenidos.
Internet como autopista de información nació con una característica: llevar al usuario de un punto A a uno B. Mazorra, que es coordinador de la Facultad de Comunicación Social Periodismo de la misma universidad, usa una metáfora básica de internet utilizada por uno de los creadores de Twitter, Evan Williams: como en cualquier carretera por la que circulen autos, hay accidentes, y cuando esto sucede en una autopista, dice el docente, la gente se detiene y observa.
Hoy, “ese es uno de los principales problemas que tiene la web”. Los contenidos que replican falsedades son los llamados accidentes.
Internet es el mecanismo más usado actualmente para difundir información, asegura la profesora de la Universidad Cooperativa de Colombia, Luz Marina Rodríguez. La docente explica que los usuarios de la red usan constantemente dispositivos para informarse y preocupantemente también para desinformarse.
No es un secreto, dice ella, que en las plataformas sociales, así como en miles de páginas web circulen noticias falsas e información engañosa sobre distintos temas (ver recuadros). “Eso tiene muy poco control. Es muy preocupante que la gente no esté consultando fuentes de calidad y desconozca hechos tan claros que han tenido todo el soporte científico”.
Para el profesor Daniel Hermelín Bravo, las redes sociales, que existen gracias a la www, son reflejo de la sociedad interpersonal y por lo tanto representan las maneras de actuar de la gente en su vida cotidiana. Así es que estas teorías de la conspiración o falsedades no nacen exclusivamente en la red, se han compartido históricamente de otras maneras. Lo que ha hecho la red es darles un mayor alcance, lograr que millones de personas se detengan en estos mensajes.
Un estudio de 2017 titulado Un modelo neuronal de valoración y viralidad de la información, dirigido por Christin Scholz, investigadora de la Universidad de Pennsylvania, parte de esa pregunta: ¿por qué los humanos comparten información con otros? Ella asegura que “el intercambio a gran escala es uno de los fenómenos sociales más destacados del siglo XXI, con raíces en las formas más antiguas de comunicación”.
Asimismo, resalta que las personas encuentran gratificante esa acción y que conseguir resultados como la aprobación de otros, aumenta el valor que se le da a compartir información. “Esto se refleja en las asociaciones positivas entre la actividad neuronal en la cognición social y los sistemas de valores”, dice la investigación.
Facebook comenzó recientemente a atacar lo que ellos consideran un gran problema. Según escribió Monika Bickert, vicepresidenta de gestión de políticas globales de Facebook, están trabajando para combatir la desinformación sobre las vacunas que existe en esa red reduciendo su distribución “y proporcionándole a las personas información autorizada sobre el tema”.
“Deben tomar decisiones”, dice Hermelín refiriéndose a las redes sociales y su papel en la distribución de estos contenidos, y explica que estas entrarían en un conflicto y es que seguro habrá quienes opinan que de esa manera se está coartando la liberta de expresión.
Ese debate, según él, se ha suscitado a partir de diferentes hechos, no solo desde los que se mencionan en este texto, el caso de la masacre en Nueva Zelanda transmitida en vivo en Facebook y cuyo video empezó a difundirse en otras plataformas es otro ejemplo de cómo el contenido que se genera puede salirse de control y llegar a millones de personas.
“Hay una presión social que los está señalando por permitir que la desinformación tome fuerza, ya se está viviendo hace años con las fake news (Noticias falsas) y ahora con esto. Lo de las vacunas es un asunto delicado y ellos lo saben, por esa razón están empezando a ponerle límites”, cuenta el profesor de Eafit.
Lo que está haciendo la red social depende de sus algoritmos, cuyo uso ya es bien conocido, recomendándole a los usuarios publicaciones que los hagan permanecer más tiempo en la plataforma consumiendo contenidos e interactuando más. Ahora esos códigos matemáticos tienen la tarea de detectar si un grupo o el administrador de una página publica información errónea sobre vacunas. Si lo encuentra lo excluirá de las recomendaciones que les hace a otros usuarios y procurará que se vea lo menos posible en el News Feed, que es la sección en la que los usuarios de Facebook ven lo que otros comparten.
Aquí los algoritmos se ven como héroes, sin embargo, también son los encargados de lograr que quienes consuman contenidos que hablan sobre teorías conspirativas, empiecen viendo un video y terminen observando muchos más, pues cuando detectan el interés de alguien en algo le hacen más recomendaciones relacionadas con eso que lo entretuvo tanto.
Las redes sociales, entre ellas Facebook y YouTube, se benefician económicamente de las personas que están observando, precisa el coordinador del Externado.
En la plataforma de videos el clip de un supuesto exbanquero que expone a los illuminati (ver recuadro) tiene un poco más de un millón y medio de vistas y durante su tiempo de duración, 39 minutos 49 segundos, se deben ver por lo menos tres anuncios publicitarios. Esa es una de las maneras mediante las que YouTube obtiene ganancias.
No obstante, la presión por ponerle control al movimiento antivacunas en sus plataformas, ya que este afectaría gravemente la salud pública, los puso entre la espada y la pared: o permiten la libertad de expresión o se hacen cómplices de la desinformación.
Y todo esto es mentira
Que existen los illuminati
Shakira, Beyoncé, Madonna, Rihanna, todas cantantes, han sido llamadas “illuminatis”, según miles de videos subidos en la plataforma YouTube.
La BBC ha revisado el tema en profundidad, un ejemplo es la publicación Cómo se inventó (accidentalmente) la teoría de los Illuminati, que indica que estos no solo son un invento sino también la obsesión de muchas personas. En los clips que circulan son definidos como “ricos y poderosos que controlan la economía a través de los bancos centrales”. Los integrantes de este grupo buscan “el nuevo orden mundial” y son conocidos “como el gobierno invisible detrás de los gobiernos”. En los videos se asegura que controlan los medios de comunicación, la educación en EE. UU. por medio de la Unesco y grandes corporaciones.
En videos recientes se mencionan famosos que “firmaron pactos” con la secta, entre ellos Maluma, ya que, según el creador del clip, no habría otra manera de entender el vertiginoso ascenso del artista.
Según la BBC, “es una de las teorías de conspiración más citadas del mundo”, y algunos artistas, entre ellos Beyoncé y Jay Z, han adoptado la simbología de este grupo, como un triángulo que se forma uniendo los pulgares y los índices.
Históricamente hay referencias en 1776. “Intelectuales que se agruparan en privado y se oponían a la influencia religiosa y elitista sobre la vida cotidiana”, dice el medio, pero estos desaparecieron. Posteriormente, en los años 60, se comenzó a hablar de la “encarnación moderna del grupo”, señala la BBC, sin embargo, es “totalmente infundada”. Partió, le dijo el experto en el tema David Bramwell al diario mundial, de un libro titulado Principia Discordia, que tenía el propósito de crear caos en la sociedad y “difundir desinformación a través de todos los portales”.
Que la tierra es plana
Cristóbal Colón sostuvo que la Tierra era redonda, también lo afirmaron Copérnico y Galileo, y cientos de años atrás lo insinuaron filósofos como Aristóteles.
Ahora muchos creen que esa es una gran mentira y que la Tierra, en realidad, es plana.
En el mundo han estado tomando fuerza los movimientos terraplanistas, así se les conoce a los grupos de personas que mediante Internet o en encuentros fuera de lo digital comparten los argumentos que los hace creer que la humanidad los ha engañado toda la vida haciéndoles creer que la forma de la Tierra es esférica.
El movimiento terraplanisto argentino, uno de los tantos que ha surgido de cuenta de la cantidad de adeptos que quieren irse en contra de lo que es obvio para la ciencia, se reunió a comienzos de marzo en la pequeña ciudad de Colón, en el distrito de Buenos Aires (Argentina).
El diario argentino Clarín, que registró el encuentro, escribió que para ellos “la Tierra no es redonda, no gira sobre sí misma, no órbita alrededor del Sol, el hombre nunca llegó a la Luna, la Estación Espacial Internacional no existe, no hay satélites orbitando la Tierra, las fotos del planeta flotando en el espacio son falsas, la atmósfera sería muy densa e impenetrable, y el mundo estaría rodeado de hielo”.
Y hay más
También participaron del encuentro personas de otros países como Uruguay, España y Paraguay. Uno de ellos le dijo al diario: “No hay manera de curvar el agua y demostrar que se puede quedar adherida a la pared de un contenedor. La ciencia oficial nos hace creer que los océanos, que pesan millones de toneladas, están adheridos a una esfera, que además se mueve”. Además del movimiento que se reúne en el país del sur, existe la organización internacional Flat Earth Society (movimiento terraplanista), que se formó en 1956 y fue la que empezó a difundir estas ideas.
Escribir en YouTube la palabra terraplanistas le arrojará cientos de resultados.
En Reddit, una plataforma en internet para discutir sobre diferentes temas, también hay decenas de conversaciones entre distintos usuarios sobre este tema.
Vacunas no son necesarias
La Organización Mundial de la Salud (OMS) indicó que los movimientos antivacunas son una de las 10 principales amenazas que enfrenta la humanidad por estos días.
“Es mucho más fácil padecer lesiones graves por una enfermedad prevenible mediante vacunación que por una vacuna. Por ejemplo, la poliomielitis puede causar parálisis; el sarampión, encefalitis y ceguera, y algunas enfermedades prevenibles mediante vacunación incluso pueden ser mortales”, expresa el organismo internacional.
No obstante, esas advertencias no han detenido estos grupos que desde 1998 han estado en crecimiento. Así lo documentaron los investigadores Jéssica H. Guadarrama, Guillermo Vargas y Carlos Viesca en su investigación Decisiones de los padres que no arriesgan la vida de sus hijos, pero que los exponen a daños serios: no a las vacunas (2015).
En ella cuentan que el crecimiento de los antivacunas se dio desde que “se publicó en la revista The Lancet un estudio del médico británico Andrew Wakefield en el que se vinculaba la triple viral -que se administra para la inmunización contra el sarampión, parotiditis y la rubeola- con el autismo.
No obstante, la investigación del médico fue desconocida años después por carecer de base científica. “Pero el daño ya estaba hecho”, comentan Gudarrama, Vargas y Viesca. De hecho, la popular revista tuvo que retractarse y “Wakefield fue excluido del registro médico en mayo de 2010, con una observación que indicaba la falsificación fraudulenta en la que incurrió, y se le revocó la licencia para ejercer la medicina en el Reino Unido”, escribieron en el estudio.
Recientemente, la ciudad de Washington (Estados Unidos) estuvo en estado alerta por la propagación del sarampión entre menores de edad.
Periodista de la Universidad de Antioquia. Interesado en temas de tecnología y cultura. Disfruto del cine y la música.