Como en las grandes competencias de robótica en el mundo, más de mil niñas y jóvenes de Colombia y otros países de Latinoamérica participan hasta este 6 de noviembre en el Primer Festival Girl Powered Latam en el Coliseo de la UPB en Medellín.
En este evento, que es organizado por las fundaciones Global AC&T y MET Community, se dieron cita una nueva generación de mujeres, con edades entre los 6 y 18 años, que demuestran sus habilidades para el diseño, construcción y programación de robots, aptitudes de alta demanda en la actual revolución industrial.
Talento local
Entre las delegaciones participantes está la del municipio de Frontino, equipo que tiene asegurado el cupo para asistir al próximo mundial de robótica en Texas, Estados Unidos, en el mes de abril de 2022.
Durante los últimos cinco meses, las estudiantes de la Institución Educativa Manuel Antonio Toro crearon un robot que tiene como nombre Navín y su principal función es recoger pelotas para luego lanzarlas a una canasta. Los elementos que utilizaron para fabricarlo fueron fichas, poleas, ruedas, un expulsor, entre otros.
“Nos parece una experiencia increíble estar en este evento porque como mujeres podemos demostrar nuestras habilidades y fortalezas que muchas veces las escondemos porque creemos que este tipo de proyectos es solo para hombres”, dijo la frontineña Valentina Machado, de 15 años.
Al mundial en Texas también asistirá un grupo de cuatro jóvenes del municipio de Rionegro, quienes llegaron al Festival Girl Powered llegaron con un prototipo que usa programación para recorrer plataformas y lanzar elementos como aros y pelotas.
“Para esa competencia internacional tenemos mucha expectativa, creería que será algo muy complejo lo cual requiere que nos preparemos muy bien para ese reto para poderlo cumplir”, señaló Isabela Córdoba, de 14 años.
Ella, además, indicó que junto con sus compañeras actualmente trabajan en la creación de robots autónomos que permitan, por ejemplo, a los agricultores desempeñar mejor sus tareas al momento de recolectar las cosechas gracias al uso de la tecnología.
Una nueva oportunidad
En la fundación Ángeles de amor, de El Carmen de Viboral, las une la pasión por la ciencia y la tecnología. Son 11 niñas y jóvenes de Medellín y el Oriente antioqueño que en algún momento de sus vidas pasaron por un estado de vulnerabilidad.
Ana María Londoño tiene 13 años y explica que el robot con el que participan se llama Fada (iniciales de la fundación). Lo comenzaron a crear desde hace tres meses: mide 14 centímetros de ancho por 15 de alto, en la catapulta tiene seis engranajes (parte que permite que la pelota salga y llegue a la canasta) y está compuesto por cinco motores.
“Lo que más nos pareció complejo fue la parte de la catapulta porque eso trae un caucho y cuando lo íbamos a encajar este hacía tensión y no dejaba, entonces se nos desarmaban las llantas y nos tocaba volver a empezar”.
Dice que estar en este evento con su equipo es una oportunidad que les abre una puerta y les da bases para más adelante desempeñarse en los campos de la ingeniería y la mecánica, por ejemplo. “Sueño ser ingeniera de sistemas y tener mi propio salón de belleza”.
Londoño contó, además, que en el proyecto de investigación también inventaron una silla de ruedas con un novedoso sistema de manubrio: “La idea es que trabajen mejor las direcciones y no se confundan con botones como pasa con las eléctricas y así se eviten accidentes”.
Invitadas internacionales
Un grupo de seis estudiantes de la Universidad Tecnológica de Matamoros de México participan en el Festival Girl Powered. Ellas han sido campeonas nacionales en diferentes competencias de robótica en su país, asimismo en los últimos tres años han obtenido tres pases al mundial de robótica en Estados Unidos, al mismo que asistirán este año las niñas de Frontino y Rionegro.
Cada integrante pertenece a diferentes carreras: mecatrónica, administración, redes inteligentes y comercio internacional. El robot que trajeron se llama Alebrije, un símbolo representativo de la cultura mexicana: es de 15 pulgadas, tiene un mecanismo creado en piezas 3D que permite cumplir las funciones.
“Es muy importante promover este tipo de eventos, estamos muy emocionadas porque nunca habíamos participado, es clave motivar a las niñas para que se inclinen en estas áreas, queremos seguir aprendiendo cada vez y aplicar el conocimiento en la solución de problemas de la sociedad como la agricultura y la industria”, dijo Litzi Yarely Sánchez Enríquez.
Dos estudiantes de este grupo (Blanca Rodríguez y Geysy Lisset Agustín) ya comenzaron a dar sus primeros pasos en el mundo científico: recientemente fueron aceptadas en la Nasa para el próximo año realizar un intercambio en esta agencia aeroespacial.
Invitada de lujo
A propósito de la Nasa, la mexicana Ali Guarneros Luna, ingeniera aeroespacial de esta agencia, visita la ciudad de Medellín y asiste al festival. Ella hace parte del equipo encargado de desarrollar tecnología para llevar al ser humano a la Luna y a Marte.
“Esta es una gran oportunidad para que se capaciten en un campo tan complejo como es la robótica, si yo hubiera iniciado así tal vez habría logrado más rápido mis metas, esta clase de programas les muestra que la ingeniería, la robótica, la matemáticas y la física son divertidas”, cuenta Guarneros.
Agrega que para lograr ser científica, algo que no es fácil en medio de un contexto aún tan machista, el primer paso es estudiar, de esta manera se comienzan a romper esas barreras de desigualdad y se suman más mujeres al campo de la ciencia y la tecnología.
“El mundo necesita más ingenieros y más científicos, por eso que estas jóvenes tengan la oportunidad de exponer su talento en esta competencia les permite visualizarse en un futuro donde es claro que necesitamos más profesionales de estos campos para resolver muchos problemas, por ejemplo, relacionados con el medio ambiente”, concluyó Ali.