Pico y Placa Medellín

viernes

0 y 6 

0 y 6

Pico y Placa Medellín

jueves

1 y 7 

1 y 7

Pico y Placa Medellín

miercoles

5 y 9 

5 y 9

Pico y Placa Medellín

martes

2 y 8  

2 y 8

Pico y Placa Medellín

domingo

no

no

Pico y Placa Medellín

sabado

no

no

Pico y Placa Medellín

lunes

3 y 4  

3 y 4

Probamos Tony Hawk’s Pro Skater 3+4: un juego entre el homenaje y las grietas de la nostalgia

El remake de dos clásicos del skate digital revive una época con gran fidelidad técnica, pero deja preguntas abiertas sobre cómo preservar el legado de los videojuegos.

  • Se trata de un remake visualmente impecable que revive la esencia del skate en los videojuegos, sin eludir las contradicciones del pasado. FOTO: captura hecha en el modo fotografía en PS5/EL COLOMBIANO
    Se trata de un remake visualmente impecable que revive la esencia del skate en los videojuegos, sin eludir las contradicciones del pasado. FOTO: captura hecha en el modo fotografía en PS5/EL COLOMBIANO
  • FOTO: Captura hecha en el modo fotografía en PS5/EL COLOMBIANO
    FOTO: Captura hecha en el modo fotografía en PS5/EL COLOMBIANO
  • FOTO: Cortesía
    FOTO: Cortesía
hace 4 horas
bookmark

Cada generación encuentra, en algún punto, el impulso de reconstruir su memoria. Pasa en el mundo de la moda y sus tendencias cíclicas, en el cine gringo con las sagas más taquilleras de Hollywood y en el caso de los videojuegos ese impulso suele adoptar la forma de un remake: volver a visitar lo que marcó una época, con la tecnología del presente y la promesa de revivir sensaciones que, en muchos casos, sólo existen en el recuerdo.

Tony Hawk’s Pro Skater 3+4, el más reciente proyecto de actualización dentro de esta icónica franquicia de skate virtual, responde a ese impulso con ambición, respeto por el material original y decisiones que invitan a pensar en cómo envejecen, no solo los juegos, sino también quienes los jugaron en su época dorada de la PlayStation 1 y 2.

El paquete combina dos entregas esenciales: la tercera, publicada en 2001, fue considerada por muchos como la culminación del estilo arcade de la saga: sesiones cronometradas, retos precisos, escenarios diseñados para encadenar movimientos imposibles.

La cuarta entrega, un año después, rompía con esa fórmula: eliminaba los límites de tiempo, introducía misiones y personajes, y empujaba a los jugadores a explorar niveles más abiertos. Ambas marcaron un momento de madurez técnica y expresiva para una franquicia que ya era sinónimo de cultura punk rock.

La forma del recuerdo

Volver a esos títulos más de dos décadas después implica una operación compleja. No sólo hay que rehacer modelos, texturas y animaciones: hay que tomar decisiones sobre qué conservar, qué alterar y qué resignificar. Iron Galaxy, el estudio encargado del remake, acierta al ofrecer una jugabilidad ajustada, precisa, aún capaz de generar ese flujo hipnótico que nace cuando los combos fluyen, los movimientos se encadenan y el escenario se convierte casi en una pista de baile. Los niveles lucen muy bien gracias al motor gráfico Unreal Engine 4, con efectos visuales añadidos que enriquecen la experiencia sin romper su esencia.

Sin embargo, hay elecciones que modifican el equilibrio original. Para unificar la experiencia, el equipo optó por adaptar todos los niveles al formato clásico de dos minutos, incluso aquellos de Tony Hawk’s Pro Skater 4 que estaban concebidos para otro tipo de dinámica. La consecuencia es una cierta incomodidad estructural: niveles pensados para ser explorados con libertad se ven forzados a comportarse como espacios cronometrados, lo que afecta su diseño y ritmo.

El crítico Mat Paget comenta en GameSpot que el resultado es un juego “que toma piezas que no encajan del todo y las junta bajo una misma lógica”, sacrificando en el proceso la identidad propia de la cuarta entrega.

FOTO: Captura hecha en el modo fotografía en PS5/EL COLOMBIANO
FOTO: Captura hecha en el modo fotografía en PS5/EL COLOMBIANO

La experiencia de juego no está exenta de ausencias. El icónico nivel de zoológico, por ejemplo, ha perdido sus animales. El modo Carrera ha sido rediseñado con objetivos unificados, eliminando las variaciones entre skaters que antes daban personalidad a cada recorrido. Detalles aparentemente menores —como secretos revelados desde el inicio o desafíos simplificados— erosionan la capa de descubrimiento que tanto valoraban los fans de los originales.

A esto se suma la mutilación más sensible: la banda sonora. De los 56 temas originales quedan apenas 10, acompañados por una nueva selección de artistas contemporáneos como Run The Jewels o Vince Staples.

Aunque la curaduría musical es coherente con el tono general, la pérdida de canciones clave rompe con uno de los componentes más potentes del juego original: su dimensión sonora como generador de identidad. Trone Dowd, en Inverse, critica con razón que esta reducción le impida al remake alcanzar la categoría de “versión definitiva”.

Nostalgia, dificultad y herencia

Para los gamers que vivieron los juegos en su apogeo, la carga emocional es evidente. La editora Keza MacDonald, en The Guardian, describe cómo una simple canción (Ace of Spades, de Motörhead) basta para transportarla a las habitaciones desordenadas de su adolescencia.

Pero este regreso no se siente igual: los nuevos controles exigen más precisión, las mecánicas demandan memoria y los reflejos ya no responden igual. Esta dificultad sorprende, incluso abruma, y pone en evidencia que el tiempo no ha pasado solo para los juegos. Tal vez, esta sea la principal diferencia con el material original: el primero estaba pensado para jugadores casuales (como la gran mayoría de títulos de la industria a principios de siglo), mientras que el remake presenta una (leve) curva de dificultad.

Pero es allí donde reside una de las virtudes más notables del remake: no busca facilitar ni diluir la experiencia. El sistema de juego sigue premiando la repetición, la paciencia, la mejora continua. Y aunque ciertas capas de progresión están mal ubicadas —como el modo Solo Tour, que reproduce fielmente el modo Carrera original pero solo se desbloquea al final—, la esencia lúdica se mantiene intacta. Jugar THPS 3+4 sigue siendo, en el mejor sentido, un desafío físico y mental.

Quien se acerque a este remake sin haber jugado las versiones originales encontrará un sistema de control robusto, una curva de aprendizaje retadora al inicio y una propuesta de juego que premia el ensayo y error.

FOTO: Cortesía
FOTO: Cortesía

No es un producto adaptado a la lógica de gratificación inmediata que domina muchos títulos actuales: aquí se requiere tiempo, coordinación y cierta devoción.

Pero para quienes sí conocen la saga, el recorrido es más emocional, incluso contradictorio: hay momentos de brillo absoluto, pero también decisiones que invitan a preguntarse si algunas cosas era mejor dejarlas intactas.

Pese a ello, el juego no se limita al homenaje. El multijugador añade modos clásicos como Trick Attack o Graffiti, y presenta uno nuevo —HAWK— que combina exploración, creatividad y competencia en una mecánica ingeniosa de esconder y encontrar letras en el escenario.

También vuelve el editor de parques, ahora con la opción de incorporar objetivos, lo que amplía las posibilidades para la comunidad creativa. Son guiños hacia el futuro, señales de que el legado puede seguir expandiéndose.

¿Vale la pena jugarlo?

Tony Hawk’s Pro Skater 3+4 no es perfecto. Más bien, es un esfuerzo por mantener viva una forma de entender los juegos: esa que encuentra en la técnica, el estilo y la repetición no una rutina, sino una forma de expresión.

Entre homenajes y licencias perdidas, ajustes necesarios y decisiones cuestionables, lo que queda es una pregunta que trasciende este remake: ¿cómo se revive un clásico sin traicionar su espíritu? La respuesta, como en el skate, está en el equilibrio.

Tony Hawk’s Pro Skater 3 + 4 está disponible en PlayStation 4 y 5, Xbox Series X/S, Xbox One, Nintendo Switch, Nintendo Switch 2 y PC (en las tiendas Battle.net, Steam y Microsoft PC Store)

El empleo que buscas
está a un clic

Nuestros portales

Club intelecto

Club intelecto
Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida