Cuando la tarde comienza a dar paso a la noche, en el cielo aún azulado aparecen las primeras estrellas sobre La Tatacoa (Huila).
Llamado por muchos desierto, es un bosque seco con una característica especial: es uno de los lugares ideales para observar el cielo, sus objetos y fenómenos.
No es el único, pero contar con dos observatorios y varias horas de cada noche despejadas, lo hacen especial.
Al oscurecer del todo, con claridad el observador puede apreciar el ‘espinazo’ de la noche, la Vía Láctea en todo su esplendor, caracterizada por nubes densas de polvo y partículas que impiden que la vista penetre en ciertas direcciones.
Es una larga mancha que rompe la esfera celeste en diagonal. No se requiere instrumento óptico para verlo, aunque sí para entrar en detalles.
El clima, por lo general cálido, facilita que todos los días, a las 7 de la noche, Javier Fernando Rúa, astrónomo director del Observatorio Astrosur, comience su charla para explicarles a los visitantes el cielo.
Y mientras conversa, en la oscuridad que ofrece La Tatacoa, uno que otro meteoro cruza raudo y desaparece. Al fondo en la lejanía el resplandor de las luces de Neiva, a 45 minutos por carretera.
Por estar situado en el Trópico, con parte del territorio en cada uno de los hemisferios, el país es adecuado para observar astros.
La Tatacoa no es el único sitio, aunque sí uno de los preferidos a cielo abierto. En varias ciudades hay otros observatorios, casi todos asociados a universidades.
Vale la pena hablar de estos lugares, en su mayoría abiertos al público, ahora que la Luna pasará por delante del Sol y, por instantes, dejaremos de verlo.
Este fenómeno, un eclipse solar, tendrá lugar el próximo lunes 21 de agosto. En Colombia el oscurecimiento máximo será del 24% y ocurrirá a las 2:43 p.m.
Lo más importante es no mirar al Sol directamente sin protección. La NASA recomienda usar gafas de eclipse o un visor solar portátil. Otra opción es visitar estos observatorios y ser testigos de este raro fenómeno -en el país el último eclipse de este tipo se vio el 26 de febrero de 1998- a través de telescopios que tengan los filtros adecuados.
Permanente
No solo la próxima semana. Todo el año hay fenómenos para observar. No solo los eclipses, también las lluvias de meteoros (que no se miran a través de un telescopio), las conjunciones o cercanía de planetas y otros astros que se pueden ‘agrandar’ mediante algún instrumento y que se entienden con los expertos que orientan a los aficionados en los observatorios. También se aprecian grupos de estrellas o nebulosas (materia difusa, como una nube).
Esa es una de las actividades principales de Rúa en Astrosur, en La Tatacoa, donde cuenta la historia de cada objeto que se asoma en el cielo.
Las actividades al público son constantes en los observatorios, como en el de la Universidad Tecnológica de Pereira. Su director, Edwin Andrés Quintero Salazar, cuenta que todos los viernes hay “un espacio dedicado a la observación de los cuerpos celestes como la Luna, Marte, Júpiter, Saturno, nebulosas, cúmulos estelares, galaxias, entre otros. Además, hay tertulias”.
En Medellín funciona el del Instituto Tecnológico Metropolitano en la sede de Boston, que fue creado por la comunidad lasallista y cuyo telescopio fue donado por el filántropo Diego Echavarría Misas, siendo reinaugurado en 2015 con un buen telescopio. Tiene actividades como conferencias, cursos, semilleros y hace observación solar.
Y en el Planetario de Medellín hay observación celeste en las noches los viernes, cuando la atmósfera lo permite, aparte de las conferencias que ese día brinda el profesor Jorge Iván Zuluaga, coordinador del pregrado de Astronomía de la Universidad de Antioquia. Este lunes 21 habrá charlas para los interesados y observación con telescopio.
La atención al público es otra de las actividades del Observatorio de la Universidad de Nariño en Pasto, dice su director, Alberto Quijano Vodniza. Es frecuente la visita, por ejemplo, de instituciones educativas del departamento.
Los otros
No son los únicos. Son más los existentes a lo largo y ancho del país, como los de la Sergio Arboleda y Los Andes en Bogotá, la Nacional de Manizales y el de la Universidad Industrial de Santander.
Incluso en aquellos donde se hace mucha ciencia, como el de la Nacional en Bogotá, el primero que tuvo el país, las tertulias y actividades tienen espacio cada semana.
Entre los particulares se encuentran al servicio de los interesados, aparte de La Loma en San Vicente (ver recuadro), el Observatorio de Zaquencipa, en Santa Sofía, Boyacá, a 14 kilómetros de Villa de Leyva.
En el de La Loma, que posee el telescopio más grande del país, se reciben interesados en los misterios celestes. Además se utiliza para astrofotografía (tomar imágenes de los cuerpos celestes), según Juan Mauricio Gaviria, uno de sus creadores.
En todos siempre advierten que la mirada al cielo dependerá de las condiciones atmosféricas, cambiantes y más difíciles en las ciudades con contaminación lumínica (esa que comienza a invadir La Tatacoa desde Neiva con el cambio de luminarias públicas que no cumplen las condiciones para tener cielos oscuros).
Cada uno, a su manera, acerca las maravillas del universo a los colombianos, así en ocasiones haya que esperar a que el cielo se despeje.
Ciencia
El país no posee un telescopio profesional que ayude en ciertas investigaciones, falencia que aún no se suple.. “Aún así hay investigación a nivel teórico. Se trata de tener un cerebro y una máquina grande de cómputo y hacer teoría. Eso es lo que hacemos”, dice José Gregorio Portilla Barbosa, director del Observatorio Nacional en Bogotá.
Explica que se valen de la información que tienen los grandes observatorios en internet para hacer estudios, que publican en revistas especializadas . Quijano Vodniza cita sus aportes en la observación de asteroides y cometas, con reconocimiento internacional.
Y es que mientras no están incentivando el interés por la astronomía, en los observatorios se hace ciencia
214
años lleva el país sin desarrollos en astronomía observacional profesional.
450
metros sobre el nivel del mar es la altura promedio de La Tatacoa, considerada baja.
21
de agosto habrá eclipse de Sol, para ver desde el planetario de Medellín.
40
a 45 centímetros tienen los telescopios más grandes de los observatorios locales.
