Aunque, presumiblemente, se jugará el domingo a las 4:00 p.m., la entidad enfrenta varios escollos logísticos para su programación.
La recta final de la Liga Betplay-1 enfrenta un nuevo escollo logístico. Aunque todo apunta a que la última jornada de la fase del todos contra todos se disputará el domingo 25 de mayo a las 4:00 p.m., la Dimayor se encuentra atrapada en un enredo de calendario que amenaza con afectar no solo la equidad deportiva del campeonato, sino también la participación internacional de varios clubes.
El primer gran obstáculo surge en la capital del país. El estadio El Campín de Bogotá, sede del partido entre Millonarios y Boyacá Chicó, no estará disponible desde el sábado 24 de mayo debido a un evento religioso de gran envergadura. Este hecho obliga a replantear por completo la programación de ese encuentro, que deberá disputarse el domingo, como el resto de la jornada.
Sin embargo, esa decisión arrastra un segundo problema, aún más delicado: el desgaste de los equipos que participan en torneos internacionales. América de Cali tiene agendado un partido por la Copa Sudamericana el martes 27 de mayo, apenas 48 horas después del posible cierre de la fecha liguera. Atlético Nacional, por su parte, deberá viajar a Uruguay para enfrentar a su homónimo de Montevideo el miércoles 28 de mayo por la Copa Libertadores, también con solo dos días de recuperación (por el viaje) entre competencias.
Este cuello de botella se agrava por la densa programación de la Conmebol entre el 27 y el 29 de mayo, fechas reservadas para la última jornada de las fases de grupos de las copas continentales. Cualquier intento por mover los compromisos de Liga para antes del domingo se enfrenta a la necesidad de garantizar simultaneidad en todos los encuentros, especialmente aquellos que involucran a equipos con posibilidades de clasificación.
En ese contexto, la Dimayor está entre la espada y la pared. Por un lado, está el principio de equidad, que exige que todos los partidos de la última jornada se jueguen a la misma hora. Por otro, las exigencias de descanso y preparación de equipos que representan al país en torneos internacionales. La posibilidad de adelantar partidos parece inviable: América enfrenta al Independiente Medellín, otro equipo que aún pelea por entrar al grupo de los ocho, por lo que cambiar la fecha afectaría su planificación.
El dilema parece no tener una solución perfecta. Cualquier decisión que se tome afectará, de una u otra manera, a un equipo involucrado en instancias definitivas. Por ahora, la Dimayor guarda silencio mientras el tiempo corre y los clubes esperan definiciones. Lo único claro es que la jornada 20 será más que una fecha: será una prueba de fuego para la capacidad de organización del fútbol colombiano.
