Pico y Placa Medellín

viernes

0 y 6 

0 y 6

Pico y Placa Medellín

jueves

1 y 7 

1 y 7

Pico y Placa Medellín

miercoles

5 y 9 

5 y 9

Pico y Placa Medellín

martes

2 y 8  

2 y 8

Pico y Placa Medellín

domingo

no

no

Pico y Placa Medellín

sabado

no

no

Pico y Placa Medellín

lunes

3 y 4  

3 y 4

Bboy Mariano, una leyenda del breaking

Mariano es un pilar fundamental de breaking en Medellín, es bailarín, juez de competencias, maestro y referente. Actualmente hace parte del colectivo Sixmakers.

  • Bboy Mariano, una leyenda del breaking
  • Bboy Mariano, una leyenda del breaking
Sara Kapkin

Tendencias

hace 2 horas
bookmark

Mariano es una leyenda pero casi nadie lo sabe, porque cuando se habla de Hip Hop se piensa sobre todo en rap, en música, que en Colombia y particularmente en Medellín ha tenido un desarrollo y un reconocimiento enorme en los últimos años. El breaking (el baile) queda casi siempre en segundo plano, pero es realmente un elemento fundamental de la cultura y en Medellín, es el principio de todo.

Antes del rap fue el breaking, que llegó a través de películas Beat Street, Wild Style y Electric Boogaloo. Era una moda que nadie se quería perder, y con el tiempo se convirtió en uno de los movimientos culturales más poderosos de los de la ciudad. Mariano ha estado ahí desde siempre, ha hecho parte de los grupos de breaking más importantes a nivel local, ha representado a la ciudad a nivel nacional e internacional y no es atrevido decir que es uno de los Bboys más talentosos de la ciudad. Pero sobre todo, es uno de los pilares del breaking, es un maestro.

¿Es break dance o breaking?

“El término original es breaking, sino que los medios en Nueva York, por falta de conocimiento, lo llamaron break dance, entonces así se popularizó, pero realmente el término original es breaking”.

¿Cómo conoció el breaking?

“Yo estaba muy niño, en los 80s, un día que fui a comprar un bolis donde una tía de mi mamá, y cuando me asomé por la ventanita vi unos primos bailando en círculo, yo no entendía qué estaban haciendo pero me quedé viéndolos un rato, era una música muy extraña y muy acelerada. Compré el bolis, me fui y al tiempo terminébailando eso”.

¿Cómo?

“En esa época había algo que llamaban salto bajo, que era como bailar imitando los movimientos que uno veía en la música americana que pasaban por televisión, era una mezcla de un montón de cosas, hasta de Michael Jackson, esa fue la conexión con la música americana y lo que venían de afuera”.

¿Cómo pasó de ahí al breaking?

“Luego conocí un pelado que le decían el Cejón, me dijeron que bailaba muy bien y que me quería conocer, porque nosotros éramos los únicos que bailábamos eso tan raro por acá. Yo realmente bailaba con José David, un amigo del colegio, su hermano Adrián y un primo, Byron, pero así conocí al Cejón y él me dijo, ‘¿sabés qué? En mi colegio hay unas personas que bailan algo similar a nosotros, pero se tiran al piso. Un día de estos te voy a invitar’. Y allá llegamos. Había dos personas bailando en el salón, Alejandro y Augusto, ellos nos empezaron a explicar los movimientos y desde ese día me enganché, supe que esto iba ser para toda la vida”.

De dónde sacaban la información, la música, los pasos...

“Eso fue muy bonito porque era como un rizoma, la información partía de lo que sabía una persona y se la compartía a otra y así se iba regando, pero era una información muy limitada. Aquí en la comuna 13 una de las personas más importante fue Split, que ya falleció, él era de los que más información tenía y, además de bailar breaking, era escritor de graffiti y hacía un montón de cosas relacionadas con la cultura. Él llegaba a entrenar con nosotros y ponía música que yo nunca había escuchado.

Split hacía parte de un colectivo muy grande en Medellín que se llamaba La Alianza Hip Hop, con El Mocho de Laberinto, el Mono y Julio de Atomikos krw, ellos tenían mucha información porque tenían conexiones con gente de Bogotá o que venía de Estados Unidos”.

Pero esos primeros años del breaking en Medellín fueron mucho por moda, había películas y programas de televisión...

“Lo que la gente llamaba break dance llegó muy fuerte en el año 84, con la salida de la película Beat Street, que la presentaron en algunos teatros en Colombia, por eso muchas personas se engancharon con eso como moda, pero de esos quedaron muy pocos porque llegaron otras modas y se fueron. Pero esto no es simplemente bailar, también tiene una filosofía, unos códigos, es una cultura, eso es lo que finalmente te atrapa y es tan llamativo, porque te permite sentirte parte de algo, y más a nosotros que no teníamos muchas opciones en los barrios en que vivíamos”.

¿Qué pasó cuando se acabó la moda?

“Llegó la etapa de los procesos de formación, que es cuando muchos grupos empezaron a montar escuelas”.

¿Eso empieza a pasar en qué año?

“Yo realmente no sé en qué año, pero sí hubo un suceso que marcó la historia y fue cuando quitaron el permiso para bailar en la Biblioteca Pública Piloto, que era el lugar de encuentro de todos los bailarines de la ciudad, entonces los grupos se replegaron y se fueron a bailar cada uno a su territorio y ahí empezaron a surgir otras semillas, niños y niñas que tenían interés de aprender y empezaron los procesos de formación. Ya no era una moda, sino una responsabilidad de pasar la información y que esto se volviera más grande”.

¿Dónde se bailaba en Medellín?

“La Piloto era uno de los lugares principales, estaba también la Alpujarra, los más antiguos cuentan que bailaban en un lugar que le llamaban Tupitos como por la 80, en Itagüí, en el parque del Ajedrez, acá en el convento de la Madre Laura, en la Cámara de Comercio en el centro y había un lugar muy importante que montó la Alianza Hip Hop que se llamaba La Hip Hop Place, por la 33, en esa época apenas estaban empezando a hacer el metro. La primera vez que fuimos allá yo iba con el interés de ver bailar, pero allá antes de bailar hacían foros y hablaban de lo que estaba pasando con la cultura aquí en Medellín, de las problemáticas, de la información que iban consiguiendo, era muy bonito”.

El breaking y el hip hop les permitió apropiarse de la ciudad, moverse por todas partes...

“Claro, en los 90 había unas situaciones de conflicto armado muy marcadas pero esta cultura nos abrió otras posibilidades, sacar del barrio lo positivo, porque todos éramos de barrios populares, era como otra cara del barrio popular. A mí me parecía muy bonito decir ‘hoy voy a ir a bailar con los de La Milagrosa, o los de La Milagrosa decir, vámonos todos a bailar a Robledo’. Así nos íbamos movilizando y conociendo la zona”.

Después la cultura se fragmenta, o se concentra en el rap, en la música...

“En los 90 la gente utilizaba el término homeboy, que era la persona que reunía conocimiento de los cuatro elementos y cuando usted se acercaba a uno se enamoraba de la cultura porque te hablaba de todo, pero con el tiempo la gente empezó a focalizar su energía en una sola cosa, entonces a los que les gusta bailar simplemente se dedicaron a bailar y ya. También empezaron a llegar más estilos de baile y la gente se fue dispersando”.

¿Usted todavía baila?

“Entrenamos los lunes y los jueves pero también fomentamos espacios para que la gente se pueda acercar a la cultura como la conocimos. Cada año hacemos un evento que se llama Street Makers, son tres días y hay conversatorios, batallas de baile, de música, pero no tanto para competir sino para compartir. Intentamos preservar la cultura a través de la raíz, que es
el conocimiento”.

El empleo que buscas
está a un clic

Nuestros portales

Club intelecto

Club intelecto
Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida