Con la emisión, a mediados de este año, del Decreto 811 de 2021 (que regula el acceso seguro e informado al uso del cannabis medicinal) se abrió la posibilidad de democratizar la utilización de medicinas extraídas de la planta de marihuana.
Ahora, si se ha preguntado cómo acceder a este tipo de alternativas, recuerde que puede consultarlo directamente con su médico de cabecera u optar por una consulta particular especializada.
En cualquiera caso, contar con la asesoría de un profesional en salud es fundamental para que este determine, primero, si ese es el tratamiento adecuado para usted y segundo, de qué forma debe emplearlo para no correr ningún riesgo.
La prescripción de la fórmula debe hacerse idealmente con un equipo médico especializado en cannabis que, además, haga control en el tiempo de cada uno de los pacientes.
Si bien Colombia llega de forma reciente a este tipo de industria, “en Latinoamérica ya existen varios proveedores impulsando soluciones de este tipo con el fin de educar al mercado”, comenta Alejandro Venegas, CEO de Tarkus Pharma Lab, una de las instituciones que actualmente presta el servicio de teleconsulta particular (que puede rondar los $30.000 pesos).
¿Qué tanto sirve el cannabis?
De acuerdo con el Observatorio Colombiano de Cannabis Medicinal de la Universidad CES, la evidencia científica ha demostrado que el uso de cannabinoides puede ser efectivo para tratar: el dolor crónico en adultos, náuseas y vómitos inducidos por quimioterapia, mejorar los síntomas de espasticidad (rigidez muscular) de la esclerosis múltiple y, específicamente el CBD o cannabidiol, para tratar convulsiones refractarias (Sindrome de Lenox Gastau y Dravet).
En este mismo sentido, el Observatorio ilustra que el cannabis medicinal es fabricado a partir los cogollos secos y las hojas de la planta Cannabis sativa y puede estar en presentaciones finales como cápsulas, aceites sublinguales, cremas, parches y ungüentos.
Tenga en cuenta que en general los productos que se encuentran en las calles o locales comerciales son cosméticos, alejados de lo que debe ser un medicamento.
Según recomendaciones hechas en el conversatorio Cannabis medicinal: preguntas y respuestas para su uso seguro de la Universidad de Antioquia, los productos farmacéuticos (con fines medicinales) deben tener registro sanitario de medicamento (asignado por el Invima) y ser dispensados bajo prescripción médica por una farmacia o droguería autorizada.
Finalmente, aunque en el país el uso de la planta con objetivos medicinales es legal y está regulado, su uso recreativo sigue prohibido.