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El deporte lo pone a palpitar más

Para trabajar más eficiente, el corazón realiza cambios

y así se adapta a la actividad física.

  • ilustración laura ospina
    ilustración laura ospina

Una máquina inteligente, perfecta y que se autorregula, esa podría ser la descripción de lo que ocurre en el corazón de los deportistas, sobre todo, en quienes son de alto rendimiento. Independiente de la actividad que se practique, siempre que sea intensa, los cambios en el corazón y en el sistema cardiovascular no se hacen esperar.

La razón para que ello ocurra la explica Sebastián Vélez Peláez, cardiólogo ecocardiografista del Hospital Pablo Tobón Uribe: “Como en los deportistas el corazón tiene que bombear más sangre para llevarla a los músculos, este órgano aumenta de tamaño y sus paredes se engrosan un poco. De esa manera, en cada latido envía más sangre y el sistema cardiovascular se vuelve más eficiente”.

Habría que aclarar que el corazón es un músculo que permite bombear la sangre a todos los tejidos y órganos del cuerpo con la misión de llevar oxígeno y nutrientes. De acuerdo con el Instituto del corazón de Texas, en su sitio web, este órgano pesa de 200 a 400 gramos y es un poco más grande que una mano cerrada. Cada día late 100 mil veces y bombea aproximadamente 2 mil galones (más de 7 mil 500 litros) de sangre.

En el caso de la disciplina del levantamiento de pesas, por ejemplo, el corazón se hipertrofia, es decir que se hace más grande, porque debe adaptarse a la exigencia deportiva. De hecho, “el aumento de tamaño en el corazón de los deportistas es siempre un mecanismo adaptativo”.

Otra de las transformaciones que menciona el médico cardiólogo está relacionada con los cambios en la conducción eléctrica del corazón, esto significa que puede hacerlo más lento en reposo, sin embargo, esta condición desaparece durante el ejercicio.

También ocurre algo con los vasos sanguíneos, que se transforman para recibir mejor el flujo de sangre y hacen que, en el largo plazo, disminuya la presión arterial.

Por tipo de deporte

Aunque, en términos generales, las adaptaciones del corazón son similares entre los diversos deportes, el internista José Gregorio Thorrens, de la Clínica CardioVid, sí advierte algunas particularidades según la disciplina y el tipo de ejercicios: isométricos o isotónicos. Afirma el especialista que los primeros, también conocidos como estáticos, favorecen el desarrollo muscular y elevan la presión de las paredes arteriales.

Por su parte, los isotónicos o dinámicos, como correr, nadar, remar o montar en bicicleta, debido a que implican la movilización de grandes masas musculares, provocan un ligero aumento de la presión sistólica y la diastólica.

“Este tipo de ejercicios hacen al deportista más eficiente y lo llevan a un mejor estado funcional. El motivo para que eso ocurra es que el ejercicio dinámico disminuye proporcionalmente el consumo de oxígeno, lo que implica menor trabajo cardiaco y hace que el corazón sea más eficiente”.

Los especialistas consultados coinciden en afirmar que, en ambos casos, sí se producen cambios en las estructuras del corazón, sin embargo, es más notorio cuando la actividad física se hace por largo tiempo y con intensidades mayores. “Estudios han demostrado que el levantamiento de pesas y el fortalecimiento muscular disminuyen la grasa en el pericardio más que los ejercicios cardiovasculares, de ahí en adelante los cambios son similares”, agrega Vélez.

El corazón grande

¿Se pueden dar muertes por tener el corazón grande? La respuesta a la muerte de deportistas en una competencia o durante los entrenamientos no es, precisamente, el aumento en el tamaño del corazón. “La probabilidad de que los deportistas mueran por cambios en este músculo son muy bajas. “Cuando esto ocurre es porque tienen otra condición que los predispone a tener problemas cardíacos serios. Uno de ellos es la cardiomiopatía hipertrófica, un aumento anormal en el grosor y el funcionamiento eléctrico del corazón que, casi siempre, es genética”, explica el cardiólogo Vélez Peláez.

De manera que problemas cardiacos no detectados, enfermedades raras o malformaciones congénitas mal evaluadas son, por lo general, las razones por las que este tipo de muertes en deportistas profesionales se presentan.

En definitiva, los cambios que ocurren en el corazón y el sistema cardiovascular de los deportistas por ningún motivo son malos, al contrario, elevan los niveles de eficiencia y mejoran su rendimiento. Sin embargo, hay que destacar que estas adaptaciones significativas ocurren, especialmente, en los deportistas de alto rendimiento.

¿Y si no es deportista?

En quienes hacen actividad física regular y sin fines competitivos su acondicionamiento cardiovascular también se ve favorecido porque se disminuyen los factores de riesgo ante eventos cardiacos. Otro beneficio es la disminución en los niveles de grasa en la sangre, y del colesterol LDL o ‘malo’, como se le conoce popularmente, causante de múltiples patologías. La pérdida de peso es otra de las bondades de la actividad física regular.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, para lograr beneficios en la salud, “los adultos de 18 a 64 años deberían acumular un mínimo de 150 minutos semanales de actividad física aeróbica moderada, o bien 75 minutos de actividad física aeróbica vigorosa cada semana, o bien una combinación equivalente de actividades moderadas y vigorosas”.

Estas medidas deben ser complementadas con una ingesta adecuada de alimentos con alto valor nutritivo: cinco porciones de frutas y vegetales al día; y tener 8 horas de sueño de calidad.

Una forma de comenzar a hacer conciencia sobre el estado de su salud cardiovascular es a través de un sencillo test que se encuentra en la página corazonesresponsables.org, de la Fundación Colombiana del Corazón, en la que podrá conocer si debe empezar a ponerle cuidado a su estilo de vida. Con sencillos cambio, en especial el ejercicio, se obtiene bienestar y se cuida el corazón, esta máquina de diseño perfecto.

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