Los estudios demuestran que entre un tercio y hasta la mitad de los pacientes cardiovasculares presentan alguna deficiencia de este mineral y esto complica su pronóstico. Así lo afirma José Julián Escobar Matallana, médico cirujano cardiovascular y miembro del Grupo de Trasplantes de la Clínica Cardiovid.
“Alrededor de 2 billones de personas en el mundo sufren de algún tipo de insuficiencia de hierro (estos datos son de países desarrollados) y los grupos más afectados son los niños, los ancianos y las mujeres, especialmente durante el embarazo y las que se encuentran en edad fértil, a causa de la menstruación”, añade.
Adicionalmente, una de las consecuencias de la insuficiencia cardíaca crónica es el déficit de hierro, que puede sufrir hasta el 50 % de los pacientes. Las razones varían entre un paciente y otro: la alimentación, las alteraciones funcionales intestinales o algunos medicamentos pueden disminuir la cantidad del mineral.
Alrededor de la mitad de los pacientes con falla cardíaca tienen deficiencia de hierro y según estudios recientes, suplementarlos mejora su sobrevida, aumenta la tolerancia al ejercicio y, en muchas ocasiones, la función cardíaca.
El hierro es un mineral que el organismo por sí mismo no es capaz de producir, por eso se toma de los alimentos. Gran parte de este mineral el organismo lo utiliza en el transporte de oxígeno en la sangre y en la hemoglobina, y esas reservas se consumen rápidamente.
La ingesta recomendada para un adulto es de 15 mg a 18 mg por día y se estima que una alimentación balanceada proporciona los nutrientes necesarios. Sin embargo, hay momentos de la vida que requieren suplementación, por ejemplo, durante la gestación