Para Emmanuel, el destino existe. Todo pasa por algo, por eso no cree que haya perdido el tiempo empezando sus estudios en medicina. Si no hubiera sido por su experiencia universitaria, no hubiera tenido la oportunidad de explorar su sentido estético en las revistas estudiantiles. “Me vestía como para la Semana de la Moda de Nueva York, mientras mis compañeros, gringos blancos, usaban polos”. Fue ahí que se dio cuenta de que la moda era lo que le gustaba y que la diversidad en la industria era una necesidad que él iba a solucionar.
A pesar de que en su portafolio incluye marquesinas como Harper’s Bazaar, Wall Street Journal, CR, Oscar de la Renta, Valentino, Fendi y Polo Ralph Lauren, eso no significa que haya muchos más latinos como él trabajando para las grandes firmas. Aunque siente un gran orgullo por lo que ha alcanzado, sabe que falta mucho, por ejemplo, hacer una portada de Vogue Estados Unidos, privilegio de pocos. La revista americana apenas celebró la primera portada hecha por un fotógrafo afroamericano en 2018, luego de 125 años de historia.