Que la cocina tenga diferentes muebles o electrodomésticos para guardar la comida, tiene mayor sentido cuando te enteras de que, por un lado, no todo es apto para ser guardado en el refrigerador, porque al estar expuestos a bajas temperaturas pueden perder sabor, textura y propiedades nutricionales; mientras que por el otro, algunas frutas o verduras necesitan de esas bajas temperaturas para que su vida útil se prolongue.
Por lo que se hace fundamental saber qué debe guardarse dónde, y aquí le contamos cuáles son aquellos alimentos que es mejor mantener fuera de la nevera:
Cebollas
Según la Asociación nacional de la cebolla de Estados unidos, este alimento debe guardarse en un lugar fresco, seco y oscuro con mucho movimiento de aire porque sin una buena ventilación suelen dañarse con más facilidad. Es decir, no deben guardarse en la nevera para evitar que pierdan su humedad y se conviertan en un almacenamiento de bacterias, aunque si la cebolla ha sido picada y sobró una parte de ella, pues en ese caso debe introducirse en un recipiente hermético para preservarla y evitar que invada con su olor todo el espacio.
El pan
En una entrevista con EL COLOMBIANO, la nutricionista Magnolia Escobar explicó que no hay ningún problema con refrigerar el pan, siempre y cuando vaya en la parte más baja de la nevera, aunque haya especialistas que afirmen que en la nevera el pan acelera su proceso de deshidratación. “No hay problema, por ejemplo incluso se puede congelar. Lo que la gente debe hacer es guardarlo bien, porque dejarlo así expuesto no es bueno, pueden absorber olores y sabores de los alimentos que están alrededor por ser un producto poroso, es mejor guardarlo en un recipiente especial y de la mitad de la nevera hacia abajo”.
Tomates
Por su parte, el portal web Mejor con salud, publicó un artículo en el que comentan que “por regla general, los tomates frescos no deben introducirse en el refrigerador. Sin embargo, este es un error frecuente. El inconveniente es que la humedad y el frío rompen las paredes celulares de su pulpa, lo que hace que se ablande y se torne harinosa. Además, cambian el perfil de sabor. Salvo que estén muy maduros, lo mejor es colocarlos en un ambiente fresco y seco, alejados de la luz solar directa. El periodo de consumo es de máximo una semana”.
Verduras de hojas
Para Escobar, las verduras de hojas, como la lechuga, el repollo, el apio y el cilantro, se deben ubicar en la parte más baja de la nevera, en canastillas o bolsas que no sean herméticas porque necesitan aire. “El cilantro es una de las verduras que más sufre en la nevera, demasiada humedad los daña. Por eso se deben usar papeles absorbentes para guardarlos y así evitar que la humedad no marchite ni dañe las hojas”.
Papas
Según una publicación en Healthline, “los mejores lugares para conservarlas son las bodegas, los sótanos, los garajes y los cobertizos frescos, porque estos sitios tienen las condiciones adecuadas para retrasar la formación de brotes en sus cáscaras. Otro aspecto para considerar es que no toleran la luz solar directa. O sea, hay que guardarlas en un lugar oscuro y evitar que adquieran un aspecto verde e inhibe el desarrollo de solanina, una sustancia que en grandes cantidades puede causar náuseas, vómitos y diarrea”.
Las frutas ricas en vitamina C
Es un error muy frecuente picar las frutas, meterlas en la nevera y sacar todos los días la porción para el colegio o la oficina. “Frutas como el mango, la papaya, la piña, el melón y la sandía, la gente aprovecha para picarlas completas y sacar porciones individuales en el transcurso de la semana, pero la refrigeración de estas frutas peladas ayuda a que se pierda la vitamina C, yo recomiendo que mejor compren unidades pequeñas de fruta o si es una grande como la piña, papaya o sandía parta solo lo que se va a llevar y guarde el resto con cáscara y protegida con vinipel para que el frío no afecte el resto de la fruta”, concluyó Escobar.