<img height="1" width="1" style="display:none" src="https://www.facebook.com/tr?id=378526515676058&amp;ev=PageView&amp;noscript=1">
x
language COL arrow_drop_down

La escuela del siglo XXI debe adaptarse a los alumnos

El investigador Alfredo Hernando recogió las experiencias más exitosas. No hay modelos únicos.

  • Los colegios visitados tienen en común ser instituciones públicas. FOTO julio césar herrera
    Los colegios visitados tienen en común ser instituciones públicas. FOTO julio césar herrera
25 de septiembre de 2016
bookmark

Con morral al hombro, Alfredo Hernando Calvo se puso en la tarea de recorrer trece países. Su objetivo: conocer las experiencias de las escuelas más innovadoras en el mundo.

Él, que es psicólogo, quería ver de primera mano qué hacen estas instituciones que logran que un alto porcentaje de sus alumnos tengan éxito en sus tarea académica.

No pretende estandarizar la práctica educativa de acuerdo con parámetros únicos. De hecho, en su recorrido por el mundo visitó escuelas de lugares tan diversos como Bogotá, Bangladesh, Nueva York o Suecia. Todas con métodos distintos y dinámicas propias, pero con resultados positivos en la vida de sus alumnos.

Un recorrido, y unas experiencias que documenta en su libro Viaje a la escuela del siglo XXI, editado por la Fundación Telefónica, y que se presentó en la pasada la Fiesta del Libro de Medellín.

¿No hay un modelo único que haga a la escuela mejor que otra, que la lleve a ser una escuela del siglo XXI, pero existen elementos que puedan ser comunes en las que visitó?

“Quizá la regla es poner el foco en el alumno. Uno encuentra una flexibilidad, y la clave es que la escuela se adapte a lo que necesita cada alumno. Las escuelas comparten eso, pero en virtud de lo que necesita cada alumno, al final se transforman en instituciones distintas porque distintos alumnos en distintos lugares con diferentes necesidades requieren de metodologías específicas: distinto espacio, distinto uso del tiempo, distinta relación con los padres. Ese es el punto en común que tienen todas ellas, la capacidad de entender qué se necesita para que cada uno de los alumnos independientemente cómo vengan y de dónde vengan tengan éxito”.

¿Qué modelos le llamaron más la atención en este recorrido por distintos tipos de escuelas?

“Cada uno de los capítulos describe en profundidad un modelo distinto. El trabajo de paisajes de aprendizaje de un centro para innovación en Sidney es interesante. También lo es el modelo de aprendizaje cooperativo en el aula, que hace el modelo de escuela nueva aquí en Colombia. Una red de escuelas del conocimiento en Suecia que trabaja muy bien el tema de la tecnología, son algunas de las experiencias que analizo y son destacables”

¿Cómo debe incorporarse la tecnología en los modelos de aprendizaje?

“Hay que incorporar la tecnología, primero porque hay una competencia hablando en grandes términos que es la competencia digital, fundamental para el desarrollo. Pero no se trata solo de usar la tecnología, sino también educar en la competencia digital. Hay que trabajar la competencia digital.

Lo digital es un medio, pero también un fin en cuanto a competencia. Y para incluirla transversalmente hay muchos modelos, pero se puede trabajar en cuatro o cinco líneas, y estas van creciendo: puedes tener un rincón tecnológico en el aula con un dispositivo que los alumnos pueden rotar y hacer actividades, puedes tener un proceso de apoyo que tiene dispositivos y saca a los alumnos para trabajar con ellos, puedes tener más de un dispositivo y pueden usarlo distintos alumnos. Puedes tener un carro con dispositivo y moverlo por las aulas o tener una sala con los equipos allí y llevar los alumnos.

El gran reto no es la introducción de la tecnología, sino qué tipo de software necesitan estos alumnos para sacar el máximo rendimiento”.

¿Cómo hacer la escuela global, pero sin que los alumnos olviden el interés por su propio entorno, su propia cultura?

“Una de las primeras cosas que de alguna forma hace sin querer el libro, es que nos da una imagen que en distintos lugares del mundo, distintas escuelas y profesores, que ni siquiera se conocen hacen cosas semejantes para obtener resultados.

Una de estas cosas es conectar con lo local. Hay un movimiento de trabajar lo que se llama el currículo local para entender qué recursos tiene el entorno y a partir de ahí generar proyectos relacionado con el contenido que tengan una repercusión directa con los medios y lo que ocurre, y eso pasa por darles voz a las familias y a los profesores”.

¿Son experiencias, países y procesos diferentes; pero se podrían dar unas claves del porqué están funcionando?

“Las escuelas aquí recogidas tienen todas tres características. Primero, son de carácter público, porque eso garantiza que puedan ser modelos replicables. En segundo lugar, tienen una historia de éxito documentada.

Y como tercer factor, construyen su sueño en la comunidad, con los docentes y con los padres”.

Te puede interesar

El empleo que busca está a un clic

Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD