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Los retos de los profesionales del futuro

Continuar una formación con bases sólidas en matemáticas, física y pensamiento crítico son algunos de los desafíos en medio de una vorágine en avances tecnológicos.

  • ILUSTRACIÓN SSTOCK
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23 de abril de 2021
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La ingeniería siempre ha sido concebida como la capacidad de dar respuesta mediante el uso de las ciencias básicas, recursos naturales, análisis matemáticos y de materiales a necesidades que tiene la sociedad. Y recientemente nos hemos dado cuenta de su importancia con los grandes retos en materia de salud, desarrollo, producción en masa y tecnología.

Especialistas como Jesús María Soto Castaño, decano de la Escuela de Ingeniería y Ciencias Básicas de la Universidad EIA, afirman que antes de pensar en las denominadas profesiones del futuro, se deben racionalizar las necesidades que tendremos en periodos cercanos, ya que en realidad una carrera no existe si no hay un problema específico a resolver.

Este fue el caso del último año, en el que jugaron un papel esencial ingenieros químicos, de producción, industriales, informáticos y biomédicos, como lo señala Ricardo Taborda Ríos, decano de la Escuela de Ingeniería de Eafit, para quien “la pandemia permitió que la gente empezara a ver en la ciencia y en la ingeniería que todos funcionamos en un sistema en el cual estos elementos se volvieron arte y parte de nuestra vida cotidiana, sin los que no podemos vivir o funcionar adecuadamente”.

Formación desde las bases

Estos dos expertos coinciden en que los desafíos de las facultades de ingeniería en el país son grandes, ya que se debe proporcionar una formación integral, no solo desde lo técnico, por lo que es fundamental que las universidades no se queden solo ahí y puedan enfocarse también en desarrollar competencias blandas en los nuevos profesionales.

Mucho tiene que ver con volver a lo básico y fomentar el pensamiento crítico por encima de los grandes avances que son tendencia, es así como Taborda Ríos recalca que el mayor desafío que tienen las universidades es enseñarles a los estudiantes a aprender. “Los conceptos primarios de la ingeniería van a prevalecer por encima de los vientos de cambio y de evolución tecnológica. Debemos tener como foco ofrecer bases fuertes en matemáticas que le permitan a la mente adaptar el entorno cambiante”, completa.

Desde las instituciones educativas se ha percibido que las nuevas generaciones requieren de un método de continua experimentación, interacción con los demás y de prueba y error en el que se fomente un aprendizaje vivencial y más ahora, luego de estar confinados por más de doce meses y cuando la transmisión del conocimiento ha perdido su espíritu presencial.

Todos estos cambios han llevado a las universidades a transformar sus planes de estudio paulatinamente, ya que aunque reconocen la importancia de las bases analíticas de la ingeniería, también “en Eafit estamos atravesando por una reforma curricular en la Escuela de Ingeniería en cada uno de nuestros siete pregrados. Queremos que en el futuro reflejen esa versatilidad y capacidad de cambio que hoy demanda el mundo”, señala Taborda Ríos.

Por su parte, Soto Castaño cree en la importancia de formar estudiantes integrales, por eso afirma que “cualquier profesional más allá de los ingenieros debería tener algún conocimiento mínimo de inteligencia artificial, big data, blockchain y análisis de datos. Debe existir un pensamiento crítico de la persona que se forma hacia la información que nos dan las nuevas tecnologías”.

Los nuevos desarrollos

Estos dos expertos coinciden en que no es posible ser ajeno al impulso que ha dado la tecnología en materia de desarrollo y específicamente en el ámbito de las ingenierías, por lo que marcan a la Cuarta Revolución Industrial como el punto de partida de un avance vertiginoso. “Desde hace un tiempo esto ha empezado a traducirse en cosas tangibles con inversiones en empresas locales de desarrollo de software y es allí donde Medellín tiene la posibilidad de completar una transición de su pasado y tradición industrial hacia un futuro centrado en servicios de tecnología con un papel importante de la ingeniería”, señala el decano de la Escuela de Ingeniería de Eafit.

Los desafíos a futuro, luego de lo vivido recientemente marcan lo relevante de contar con nuevos profesionales en ingeniería con bases sólidas en matemáticas, física, electrónica, desarrollo de software, big data e inteligencia artificial, pero también personas conscientes del lado humano. La pandemia evidenció que somos vulnerables y que seguramente problemas como la sobrepoblación, la escasez de comida, el uso del agua, el medioambiente y la energía requerirán de personas con una sólida formación en tecnología, pero a su vez con competencias estructurales para afrontar estos retos.

En Colombia, según Taborda Ríos, “no desarrollamos tecnología de punta, nosotros aplicamos tecnología de punta, por lo que vamos por detrás de los países altamente desarrollados como Japón o Estados Unidos”. Es allí donde las universidades tienen el reto de ser “un buen traductor simultáneo de cosas que sabe que están sucediendo y que nuestros investigadores conocen para que se pueda implementar y canalizar estos avances en tecnología”, concluye

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