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¿Ponerse Bótox sin tener arrugas? Le dicen “baby bótox”

Se vende como un tratamiento inocuo, pero trae un dilema.

  • La sustancia, producida por la bacteria Clostridium botulinum, es inyectada en el rostro para disminuir el movimiento muscular. FOTO GETTY
    La sustancia, producida por la bacteria Clostridium botulinum, es inyectada en el rostro para disminuir el movimiento muscular. FOTO GETTY
  • FOTO getty
    FOTO getty
06 de abril de 2022
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La intención de adelantársele a los signos del envejecimiento toma cada año mayor popularidad, y la toxina botulínica, comúnmente conocida como Bótox, ha sido la herramienta predilecta. Pero ahora hay un dato que preocupa: se lo practican jóvenes —casi siempre mujeres— desde los 15 años.

De acuerdo con los datos más recientes de la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica y Estética (ISAPS, por sus siglas en inglés), para 2020 la aplicación de esta sustancia representó el 43,2 % del total de los procedimientos estéticos no quirúrgicos realizados en todo el mundo.

Justo la popularidad de esta práctica ha llevado a que personas cada vez más jóvenes utilicen el Bótox. Los estándares de belleza impuestos por las redes sociales y sus filtros de supuesta perfección tienen en una encrucijada a toda una generación.

Ahora algunos argumentan que a los 25 años (máximo 34) inicia el proceso de envejecimiento en la mayoría de personas, hecho con el que justifican el procedimiento. Así, de entre los millones de individuos que buscan acceder a servicios como estos, las mujeres representan el mayor porcentaje, un 85 %, siendo cada vez más temprana la edad en la que empiezan a buscarlos.

Desde inicios de este año, médicos y esteticistas, en redes sociales y medios de comunicación, han comentado que se está desatando una nueva tendencia llamada “baby bótox”, que hace referencia a la aplicación de la toxina en personas que aún no tienen arrugas y rondan apenas los 25 años. Incluso, se han reportado casos de personas mucho más jóvenes, quienes se cubren bajo el argumento de la prevención.

En Colombia, los procedimientos estéticos están permitidos a partir de los 18, no antes, cuenta la doctora Natalia Morantes (@dra.natalia_morantes), miembro de la Asociación Científica Colombiana de Medicina Estética. Por eso, y porque por ahora no hay suficiente evidencia científica en torno a la aplicación de la toxina −de forma preventiva− en menores de edad, no es recomendable usarla para tratamientos estéticos (ver Radiografía).

¿Cómo funciona?

Una bacteria, la Clostridium botulinum, es la encargada de producir la toxina botulínica. Esta es actualmente sintetizada, purificada y procesada en laboratorios para obtener el producto final.

El procedimiento tarda de 30 a 35 minutos y no genera incapacidad; su efecto tiene una duración de 3 a 6 meses, y en ese orden, para seguir observando resultados es necesario hacer sesiones periódicas. Esto es lo que causa más alarma, pues desde muy jóvenes las mujeres se someten a procedimientos que se vuelven cíclicos. Y, además, los esteticistas terminan recomendando un negocio redondo.

Unos pinchazos en la frente, el entrecejo y alrededor de los ojos son suficientes para inmovilizar parcialmente los músculos de esas zonas y evitar, por consiguiente, que las expresiones o gestos faciales marquen líneas en la piel. Justo este procedimiento ha dejado polémica en el mundo cuando celebridades los han utilizado, pues cambia radicalmente la estructura facial, por lo que en jovencitas puede ser aún más alarmante. Psicólogos han recomendado que hay que trabajar en el autoestima, en enseñarle a los adolescentes que los estándares de belleza no son más que un imposición del mercado.

¿Mejor pronto que tarde?

En todo esto hay una verdad: todos envejecemos, y está aquí uno de los problema que señalan los psicólogos: ¿no sería mejor trabajar en autoestima y la conciencia de la vejez? Sin embargo los esteticistas insisten en que la prevención de los signos de las vejez —ya la expresión es rara— es mejor que se haga de manera temprana.

Después de los 50 años las arrugas dejan de ser dinámicas (ocasionadas por el movimiento) y se vuelven estáticas (presentes en reposo), explica Cristina Escobar, médica dermatóloga y docente de la Corporación Universitaria Remington, de manera que después de esa edad no mejoran lo suficiente.

La edad de inicio de este procedimiento estético, en caso de que lo desee, dependerá de su tipo de piel (las más claras y delgadas se arrugan antes, continúa la docente), qué tanto use los músculos faciales, su grado de exposición solar y su predisposición genética. “La ventaja aquí es que la dosis puede modificarse según la necesidad de cada paciente, siendo mucho menor para los más jóvenes”.

La ética profesional debe ser evidente en las consultas, puntualiza Morantes, de manera que si hay tratamientos que no favorecen al paciente o si este tiene expectativas que no pueden ser reales, la labor del médico debe ser individualizar, educar y recomendar. Sin embargo, todos los días se conocen casos en los que la ética no funciona nada bien y prima el negocio: la necesidad de cobrar. La pregunta retórica es evidente: ¿se puede detener el envejecimiento?

La belleza y la salud tienen múltiples abordajes: hábitos de vida saludable, cuidado diario de la piel y tratamientos preventivos. Todo ello, evaluado de la mano de profesionales, garantizará una orientación adecuada.

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