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A celebrar los 50 de este amigo fiel

El Renault 4 llegó al país en 1970, ensamblado por Sofasa en Envigado. Su importancia.

  • El Renault 4 en Colombia se empezó a producir en 1970. El primero en Medellín se vendió un mes después de ponerse en vitrina. Conquistó al público por precio y tamaño. FOTO cortesía sofasa
    El Renault 4 en Colombia se empezó a producir en 1970. El primero en Medellín se vendió un mes después de ponerse en vitrina. Conquistó al público por precio y tamaño. FOTO cortesía sofasa
  • A celebrar los 50 de este amigo fiel
  • A celebrar los 50 de este amigo fiel
18 de julio de 2020
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Cuando la Sociedad Fabricante de Automotores S.A., Sofasa, inició operaciones en 1969, estaba claro que su primer producto nacido de la planta ensambladora de Envigado iba a ser el Renault 4. Este era el modelo de entrada a la marca en Europa desde 1961, cuando nació fruto de la visión de Pierre Dreyfus, presidente de la Regie Renault por aquel entonces. “Quiero un auto para la clase media, que sirva para todo, que sea barato de mantener y que no sea muy grande”, decía. La idea era remplazar al ya visto 4CV, que no tuvo el éxito esperado, al igual que el modelo Dauphine.

El Renault 4 se convirtió en un superventas en el mercado europeo y un fuerte competidor de productos automotrices de consumo masivo, como el Mini, el Citroën 2CV, el FIAT 600 y el Volkswagen Beetle. Con ese ánimo y tras haber obtenido la licitación para ensamblar sus modelos en Colombia, la marca francesa se afincó en 1969 en Envigado y comenzó los preparativos para que allí naciera su automóvil más vendido.

En los primeros compases de julio de 1970 salieron de la cadena de montaje los primeros ejemplares terminados. El ritmo de producción estaba lejos de ser industrial y solo se hacían entre cuatro y cinco carros diarios mientras se ajustaba el proceso. Se aprovechó la visita de Monsieur Dreyfus a Colombia para tener listos los modelos que iban a estar en el lanzamiento, programado para el 14 de julio, día nacional de Francia. Por cuestiones de agenda la ceremonia se aplazó un día y fue el miércoles 15 de julio a las 10:00 de la mañana.

Ese día se hizo oficialmente la inauguración de la planta al sur de Medellín y se exhibieron los modelos hechos hasta el momento, pero tuvieron problemas: por cuestiones legales no podían salir a los recién creados concesionarios porque no estaban nacionalizados.

Esta situación derivó en una anécdota durante la tarde de ese día, pues en la noche se iba a inaugurar el primer concesionario de la marca en Medellín y ante la imposibilidad de contar con los carros en vitrina, el gerente del distribuidor, Álvaro Uribe Moreno, tuvo que hacer una llamada directamente a la Presidencia de la República para que le dejaran llevar un par de unidades escoltadas por guardias aduaneros y así los invitados pudieran por lo menos verlos exhibidos en el coctel de apertura.

Cuarenta días de espera

Una vez surtidas las vitrinas, la de Medellín tuvo que esperar más de un mes para finiquitar el primer negocio por el nuevo carro. Hasta sus instalaciones se acercó el médico traumatólogo Darío Mesa y adquirió el primer Renault 4 que se entregó en Colombia. En color Azul Francia y con un motor de solo 850 centímetros cúbicos y 28 caballos de fuerza, el galeno se llevó su auto a casa tras girar un cheque por $73.900.

“Yo lo había visto en mis viajes a Europa y me había parecido simpático por su figura y su modularidad. Me pareció una buena opción como segundo o tercer carro para la casa y lo compré para viajes cortos en la ciudad. Era muy gracioso encontrarme con mis amigos y conocidos, que al verme en ese carrito como tan enclenque pensaban que me había quebrado”, contaba el doctor Mesa en una entrevista llevada a cabo hace unos años para el programa “Motores” de Teleantioquia.

En esa misma época se realizó la Feria Internacional de Bogotá, donde los países invitados mostraban sus avances y el pabellón de Francia pudo contar también con el Renault 4 armado en Envigado. Allí se recibieron 70 pedidos por el auto que comenzaba a conquistar el corazón de los consumidores nacionales.

El colombiano

Debido a un error en la liquidación de los impuestos finales, meses después el Gobierno tuvo que bajar el valor del auto, que pasó ahora a costar $51.900, lo cual ayudó a mover de una vez las ventas del nuevo modelo. La agencia publicitaria se ideó diversas formas de promocionarlo, llevándolo por las carreteras colombianas en competencias tipo rallye para mostrar sus bondades y resistencia. Fueron desde Bogotá hasta Santa Marta por las precarias vías de aquel entonces y con regreso incluido, dejando en claro la robustez mecánica y estructural del R4.

Pero fue sin duda el rótulo de “el carro colombiano”, dado por la agencia, el que le dio el impulso definitivo a las ventas. “La historia automotriz del país no se concibe sin el Renault 4 porque fue la primera vez que un colombiano promedio, de una clase media en formación y en un momento en el que el país estaba creciendo urbanísticamente, podía acceder a un transporte propio. Y el que no lo pudo comprar nuevo lo buscó usado. El Renault 4 parecía concebido específicamente para las necesidades de un país como Colombia”, afirma el investigador y directivo del Club R4 Colombia, Camilo Hernández.

La mula con ruedas

Pronto la gente descubrió que el Renault 4 servía para todo gracias a su quinta puerta, algo nunca antes visto en un modelo de su tamaño. La posibilidad de abatir las sillas traseras y plegarlas contra los espaldares de las delanteras dejaba una superficie plana con un volumen de carga superlativo. La altura sobre el piso permitía que el pequeño vehículo pasara por encima de casi cualquier obstáculo y su particular suspensión trasera, de una elasticidad sobredimensionada, aguantaba sin quejarse el abuso de la sobrecarga, tan frecuente por aquel entonces. Fueron muchas las trochas en las que el auto dio una lección de capacidades fuera del asfalto.

Con el paso del tiempo, la carrocería y los motores del 4 fueron actualizándose, pero siempre conservando su vocación espartana, de poco lujo y con las comodidades justas a bordo. Sus ventanas, por ejemplo, siempre fueron de corredera para ahorrarse todo el sistema de cremallera de los alzavidrios, la ventilación no tenía ninguna asistencia, solo el aire que entraba con la velocidad del carro y el aislamiento del ruido era prácticamente nulo, así como la estanqueidad.

“Renault 4 al que no se le entrara el agua por algún lado o tuviera la puerta trasera ajustada estaba mal armado. La facilidad mecánica del motor era sorprendente porque todo es muy básico y está a la mano, con un poquito de maña se desvara cualquiera o en cualquier carnicería se lo arreglan” ríe Jaime Moncada, mecánico experto en este tipo de vehículo.

Un buen compañero

Para comienzos de los años 80, el eslogan del Renault 4 cambió por “El amigo fiel”, un apellido que lo acompañaría siempre y haría aun más entrañable su presencia en las calles. Los estudiantes, las parejas jóvenes o hasta familias enteras lo tenían en sus garajes. La versión Master, aparecida en 1984, lo modernizó con un tablero más actual y nueva cojinería en tela con ribetes escoceses. Quedaba atrás el famoso Plus 25, que se utilizó incluso para fomentar el automovilismo a través de la Copa Renault, que se corrió a finales de los 70 con algunas válidas incluso en el improvisado autódromo de la Central Mayorista de Antioquia.

Ningún otro modelo de producción nacional le hacía competencia al R4. Ni el Simca Mil, que tiró la toalla en 1977 ni el Fiat-Zastava 750 Z, conocido como “Topolino” que dijo adiós en 1982, lograron hacerle mella. Solo el Chevrolet Sprint, aparecido en 1986, comenzó a hacer tambalear el reinado del Renault.

Ya con el paso de los años encima, para comienzos de la década del 90 el Renault 4 adoptó la motorización 1.3 que le brindaba una potencia de 62 briosos caballos en la versión Líder, que fue el canto de cisne de un modelo que llegó, como este ultimo nombre lo indicaba, a ser el más vendido en el país durante tanto tiempo. La producción del Renault 4 finalizó en febrero de 1992, tras 97.050 unidades producidas en 21 años y 7 meses de cadencia, con tres opciones de motorización y ocho de equipamiento (L, Plus 25, Furgoneta, Base, Master, Brisa, Jogging y Líder).

$73.900
costó el primer Renault 4 que se vendió en Colombia, en 1970.

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